Fidel Castro y Katiuska Blanco en presentación de libro |
En conversación con Cubainformación, haabló sobre el trabajo de años con el Comandante, sobre la aportación de sus compañeras y compañeros de lucha, y destaca la labor meticulosa y apasionada de historiadores e investigadores para dar a conocer la vida de Fidel y las ideas sobre las que se fundó la Revolución cubana.
¿Cómo fue trabajar con el Comandante en Jefe en estos tres libros?
- Trabajamos un equipo numeroso con él. En el caso de «La victoria estratégica» y «La contraofensiva estratégica», había que cuidar la edición desde el punto de vista del texto, que había sido elaborado por el Comandante a partir de sus mensajes escritos en La Sierra. La parte principal del volumen fue escrita por él mismo durante los sucesos de la guerrilla en 1958. Él hizo la rememoración en el año 2009 a partir de investigaciones realizadas que complementaban sus recuerdos.
Ese trabajo fue asumido por compañeros de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, una institución creada por la combatiente guerrillera Celia Sánchez Manduley, quien en su mochila de combatiente en la guerrilla llevaba los mensajes, los partes de guerra, las comunicaciones, etc. entre los combatientes y, en especial, lo que Fidel escribía. Gracias a eso él pudo hacer una especie de recuento que se recoge en estos dos libros. Podríamos decir que se trata de un bosquejo general histórico de las claves que llevaron al triunfo a un pequeño grupo de combatientes revolucionarios, muy convencido en sus ideales, contra un ejército muy bien equipado, muy bien armado en aquella época.
Podríamos decir que el trabajo con el Comandante fue, en primer lugar, un aprendizaje para todos los compañeros, tanto para mí –que estaba a cargo de la edición en general– como para todos los que tuvieron que ver, por ejemplo, con el cotejo con los originales de los documentos históricos que se citaban, o con la confección de los mapas que localizaban los acontecimientos en el terreno.
Este trabajo es, además, el resultado de una larga investigación de los compañeros de la Oficina de Asuntos Históricos, dirigidos por un compañero que ya no está, el historiador Pedro Álvarez Tabío, a través de las entrevistas que realizaron durante años a protagonistas de la guerrilla. Esos recuerdos complementaron también la visión de Fidel, preocupado siempre no sólo por dejarse llevar por aquello que recordaba o por sus propios documentos, sino también por cómo habían vivido los acontecimientos sus compañeros de lucha, a quienes llamó, con quienes se comunicó, y con los que conversó largamente para poder escribir este libro. Por otro lado, pienso que Fidel es un hombre que, por encima de todo, tiene un respeto muy estricto por la verdad, y también es un hombre muy preocupado por ser justo a la hora de evaluar no sólo el papel histórico de sus compañeros de lucha sino incluso hasta el de sus adversarios, de aquellos que se condujeron con honor y caballerosidad en la contienda, no hablo de aquellos que no merecían tales calificativos. Este es un libro que cuenta toda esa etapa difícil de mucha persistencia, mucha tenacidad, de mucha capacidad de resistencia de aquellos jóvenes revolucionarios cubanos que fundamentaron su fuerza en ideas nobles que han defendido hasta hoy.
El 160º aniversario del natalicio de José Martí coincidió con la presidencia de la CELAC por parte de Cuba. Recuerdo una definición que Fidel dio, precisamente en el centenario de la caída en combate de José Martí: “Martí es un árbol que crece”. Por eso Fidel es una espesura, porque Fidel es el discípulo más avanzado y más universal que ha tenido el maestro. Video original en CubainformacionTV
"Recuerdo que una vez me preguntaron: ¿Por qué consideras que Fidel Castro sigue siendo una figura tan importante y actual en el mundo? Recuerdo que Guillermo Cabrera Álvarez siempre me decía: “Es el más humano de los seres humanos que he conocido”. Para mí sigue siendo una figura importante y actual en el mundo por la nobleza y justicia de los ideales que inspiran su lucha revolucionaria en un mundo todavía desigual, injusto y cruel. Su espíritu es romántico y eminentemente práctico, a un tiempo certero y pertinaz. Sus ideales son aquellos que, recordando al maestro pintor Guayasamín, tienen en cuenta el llanto, la ira y la ternura de nuestros pueblos. Permanece atento a los problemas de la naturaleza y la sociedad humana para servirlas, para salvarlas en esta hora de peligro. Como Benito Juárez y José Martí, echó su suerte con los pobres de la tierra. Es fiel a ellos y ellos pagan su amor, su amor infinito. Es un estadista universal, sabio hombre de una Revolución generosa y profunda que siente a la humanidad como la Patria. Un ilustrado guerrillero del tiempo." Katiuska Blanco
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