Medios internacionales consideraban al presidente Raúl Castro
como el personaje de la semana por su labor en la Cumbre de CELAC
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No valieron las presiones y amenazas sobre un grupo de países para que sus presidentes y cancilleres no asistieran y enviaran a funcionarios de menos categoría, ni las visitas a las instancias gubernamentales, de los diplomáticos norteamericanos acreditados en las capitales latinoamericanas para hacer historias tenebrosas sobre Cuba.
En los discursos de los cancilleres y presidentes no se condenó a Cuba por inventadas “violaciones” de los derechos humanos, confeccionadas en las oficinas de la CIA. Eso ya no es creíble, a pesar del despliegue de una fuerte campaña en la prensa plana y digital, con el empleo de palabras claves.
Los presidentes y cancilleres no se rebajaron a recibir a incultos, groseros y mal educados personajillos asalariados de Washington, prefirieron compartir con personas de verdadero peso en la política de Cuba, incluso con el líder Fidel Castro, hombre que además de ser parte de la historia del siglo XX, posee un bagaje cultural envidiable.
Pero algo que dejó desquiciados a los representantes mafiosos como Mario Díaz-Balard y Albio Sires, fueron las propias declaraciones del Secretario General de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, quien afirmó “no tener información precisa de represión en Cuba”.
Recordemos que este se movió libremente por la capital e incluso acudió sin previa cita a una barbería, donde solicitó un corte de cabellos y pudo observar de cerca la hospitalidad de los cubanos, así como la obra construida en el Centro Histórico, donde en solo casi 2 kms cuadrados existen más de 34 museos y una veintena de galerías de arte, salas de teatro y otros lugares para la cultura de primer nivel, algo que no se encuentra en ninguna de las grandes ciudades del primer mundo y menos aun en las de América Latina.
Ban Ki-moon también visitó la Escuela Latinoamericana de Medicina, donde se forman miles de jóvenes e incluso un grupo de norteamericanos de bajos ingresos, donde pudo comprobar sin manipulaciones la verdadera obra de Cuba.
Eso es precisamente lo que pretenden impedir los funcionarios del gobierno norteamericano de conjunto con la mafia anticubana, pues vista hace fe y quien comprueba sus falacias y engaños, de inmediato inicia presiones sobre el ejecutivo para que cambie su política irracional contra Cuba.
La isla hasta hace pocos años era excluida de todos los foros regionales, pero resurgió como ave fénix al imponerse la verdad.
La Cumbre concluyó con un amplio éxito para todos los cubanos. La declaración final aprobada por todos los Jefes de Estado, incluye la batalla a las grandes lacras del continente, como la pobreza, el hambre y la desigualdad; condena el cruel bloqueo de EE.UU; y respalda el proceso de paz en Colombia que se lleva a cabo en La Habana.
Incluye también una mención al fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez, impulsor de la CELAC en 2011, calificándolo de “humanista incansable” y se hizo pública una proclama donde se define a la América Latina y el Caribe como zona de paz, donde se desterrará el uso de la fuerza y la promoción del desarme nuclear.
Estos son los motivos por los cuales el gobierno de Barack Obama ha declarado estar “decepcionado con los líderes de América Latina y el Caribe por haber asistido a la Cumbre donde se no condenó el sistema cubano”.
Sin embargo sí recibió una plena condena, la política hostil y arcaica de los Estados Unidos y su guerra económica contra Cuba.
Obama y los mafiosos anticubanos tienen que acabar de reconocer que como dijera Ernesto Che Guevara: “esta humanidad ha dicho basta y a hecho a andar”, excluyendo de esa marcha a los norteamericanos.
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