Por un lado, el Congresista, Joe García, apoyó la visita de diplomáticos cubanos a Cayo Hueso y la posibilidad de la comercialización del medicamento cubano Herberprot-P, actuando en beneficio de la salud y el bienestar del pueblo norteamericano y respetando una decisión que fue adoptada por oficiales electos de Cayo Hueso. Mientras que Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart, no sólo se manifestaron totalmente en contra, sino que agredieron a su coterráneo en los medios de comunicación por no suscribir la misiva que ellos elaboraron y enviaron al Departamento de Estado para impedir el acercamiento.
Joe García ha alegado que permitir que representantes de la Sección de Intereses de La Habana en Washington realizaran una visita a Cayo Hueso, es un gesto de reciprocidad pues a sus homólogos de la Sección de Intereses en la Habana, se les permitía visitar lugares en la Isla, y además expresó: “Mi opinión es que a esa gente hay que darles espacio para facilitar la confrontación de ideas”.
En cuanto a su propuesta de que se permita utilizar en EEUU el medicamento cubano Herberprot-P, explica se debió a motivos humanitarios, ya que este medicamento es el único en el mundo que evita la amputación de los pies a algunas personas diabéticas y solo en EEUU hay 70.000 amputaciones al año por esta causa.
Estos sucesos demuestran que:
- Ileana Ros y Mario Diaz Balart utilizan sus posiciones en el Congreso para frenar cualquier intento de acercamiento entre los pueblos cubano y norteamericano y entre Cuba y su emigración. Ni siquiera merecen llamarse cubanoamericanos. Es tal su odio hacia el Gobierno cubano que terminan perjudicando a ambos pueblos, ellos no son ni cubanos, ni americanos, simplemente no tienen Patria, su Patria son los millones que ganan manteniendo enemistados a los cubanos.
- Increiblemente congresistas que no nacieron en los Estados Unidos, determinan con quién debe comercializar el pueblo norteamericano, a dónde puede viajar y qué medicamentos tomar, afectando directamente los derechos fundamentales de los estadounidenses.
- La comunidad cubana ya está harta de estos congresistas retrógrados de la guerra fria. Son necesarias nuevas caras, frescas, ajustadas a estos tiempos que velen por los intereses de las familias cubanoamericanas radicadas en sus distritos electorales.
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