- Un saldo positivo de los viajes turísticos de los disidentes mercenarios cubanos es que los ha obligado a quitarse la careta, sobre todo en Miami donde si no se quitan la careta no hay cash.
El Guillermo "El Coco" Fariñas, por ejemplo, rebasó ya todos los límites de la desvergüenza.
El cambio cualitativo que se ha producido no es la constatación de que colaboran con el enemigo, lo cual dejaba una pequeña puerta abierta a la ignorancia, a la ingenuidad, a la equivocación, sino que ya forman parte consustancial del enemigo. Su afiliación contrarrevolucionaria y vende patria no tiene tapujos. Son enemigos.
- Según el diccionario etimológico de Corominas, la palabra disidente, tomada del latín "dissidentis", participio de "dissidere", que significa 'sentarse lejos', aparece por primera vez en fuentes escritas en 1832, mientras que la palabra disidencia se registra ya desde 1606. Es decir, existía la disidencia pero no los disidentes, a éstos les cortaban la cabeza. En el siglo XIX comienzan a ser tolerados lo cual, por supuesto, fue un gran avance en el desarrollo democrático de la sociedad. Ahora, en el siglo XXI, Cuba exhibe con sus disidentes el mayor nivel de tolerancia mundial, pues éstos viven sin trabajar, subvencionados por agencias extranjeras, se les permite exagerar, mentir, manipular, denigrar a su país, colaborar con el enemigo y, gracias a la CIA, viajar como turistas por el mundo entero.
Salvador Capote Vía Facebook
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