La Agencia de Estados Unidos para la Cooperación (USAID) aplica en la región latinoamericana el negocio de la subversión contra los gobiernos de corte progresista, afirmó en Quito Eva Golinger, periodista y escritora venezolana-estadounidense.
Ante un numeroso auditorio juvenil en el auditorio del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (Ciespal), Golinger expuso que las Organizaciones No Gubernamentales (Ongs) bajo financiamiento de USAID ayudan a mantener un conflicto permanente para desestabilizar los países.
Expuso que una gran parte del dinero que destinan a los distintos proyectos políticos se queda en los bolsillos de las personas que trabajan en esas Ongs, las que a su vez viven de esta práctica bajo el pretexto de subvertir el orden en aquellos países donde está presente la USAID.
Citó el ejemplo de Bolivia y Venezuela, donde ésta ha hecho importantes desembolsos para deponer a sus respectivos presidentes, Evo Morales y Hugo Chávez, e incluso ha participado en intentonas golpistas como en el caso de Ecuador, el 30 de septiembre de 2010.
"Pero ahora las cosas empiezan a cambiar cuando hay un gobierno que no se subordina a esa agenda y a sus intereses", comentó.
Golinger, autora de investigaciones y textos sobre el tema, expuso que la USAID es un brazo financiero del Departamento norteamericano de Estado, que opera con el pretexto de ayudar a los países a construir sus democracias.
Apuntó que esta Agencia ha sido incluida en el llamado eje de la contrainsurgencia junto al Pentágono y el Departamento de Estado, porque juega un papel fundamental en las estrategias de agresión del gobierno de Estados Unidos.
Expuso que los medios de comunicación han sido implicados en la telaraña imperial para promover su propia agenda en contra de los gobiernos que no se les subordinan, y justiciar así también sus invasiones, a fin de satisfacer sus intereses.
En esta táctica, dijo, la gran mayoría de los medios están en manos de empresas privadas y transnacionales que han convertido a la comunicación, más allá de un negocio, en una manera de promover una agenda política y económica, cubriéndose detrás de los derechos de la libertad de expresión.
Sin embargo, cuando se analiza a profundidad, sus propietarios tienen conexiones con agrupaciones oscuras, al tiempo que sus órganos son utilizados a través del reciclaje y repetición de calificativos y críticas, para justificar una agresión cuando está decidido que a Estados Unidos no le conviene un gobierno determinado. "Esa es una estrategia bien coordinada desde las agencias de la gran telaraña imperial que luego se proyectan en los medios de comunicación", aseveró.
Manifestó que en los últimos años ha habido un incremento de la presencia militar de Estados Unidos en la región, sin embargo aquí no existe un conflicto de guerra, ni de amenaza a la seguridad de ese país.
Ello, según dijo, se debe a las pretensiones de mantener un sentimiento de miedo en una región que sí representa una amenaza para el imperio porque posee los recursos naturales que necesita para la sobrevivencia de esa sociedad de consumo.
La disertación de Golinger en Quito tiene lugar en momentos en que el Gobierno de Ecuador analiza la continuidad de la cooperación de la USAID.
Recientemente el presidente Rafael Correa admitió que esa Agencia aplica aquí su misma receta de financiar la oposición, utilizada contra los gobiernos progresistas de esta región. [PL]
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