Norelys Morales Aguilera.- Cualquiera se puede preguntar para qué quiere el gobierno de Estados Unidos la Radio y TV Martí que despilfarra el dinero en corruptelas, pagos ilegítimos a periodistas y con nula teleaudiencia e irrisorio seguimiento radial.
Además de la habitual prepotencia norteamericana y el deseo de satisfacer a los grupos ultraderechistas y terroristas de Miami, también EE.UU. sostiene las estaciones para instruir a la menguada “disidencia” que en Cuba entra en el pugilato por dólares.
La siguiente reseña corrobora las anteriores afirmaciones. El pasado 15 de agosto, a las 3:45 de la tarde, los miembros del staff de Radio Martí, Tomás Cardoso y Omar López Montenegro, se dedicaron a "reflexionar" sobre la supuesta resistencia pacífica en Cuba por parte de los miembros de la contrarrevolución interna.
Ambos asalariados de la CIA, vinculados a grupos terroristas y de la extrema derecha en Miami, dieron una "clase magistral" a los supuestos disidentes cubanos sobre cómo alterar el orden constitucional dentro de nuestra Patria y realizar provocaciones antigubernamentales en lugares de alta concentración ciudadana.
Omar López Montenegro, vinculado a la terrorista FNCA, evaluó los escasos actos de provocación realizados por individuos aislados en algunos lugares públicos, pero cuestionó la eficacia de los mismos por su falta de planeación y su supuesta espontaneidad. De inmediato, dio la primera orientación explícita: "Sí yo creo que es un acto de valor extraordinario, pero como tú dices carece de efectividad o tal vez carece de un planeamiento." (...) "mi pregunta es ¿no hubiera sido más práctico y más efectivo, sin gritar nada, repartirle los volantes a todos esos ciudadanos que estaban mirando ahí".
Más adelante OLM explica cómo el provocador debe buscar el apoyo de las personas ubicadas alrededor de donde montará su show mediático, es decir, hacer el papel de víctima ante los ojos de los demás. Sin tapujos, orienta: "actuar de una manera proactiva y no esperar a que el hecho suceda y que la gente se sume espontáneamente y es pasar de las acciones individuales, a la acciones de grupo."
El propio Tomás Cardoso reconoce que estos actos provocadores no encuentran un efecto positivo entre la ciudadanía y llegan a ser repudiados, dejando aislados a dichos alborotadores. Al respecto TC, dijo: "No y a mí me gustaría complementar esto contigo, además el factor de choque psicológico lo gana el Gobierno, porque el final terminó con que se lo llevaron preso y la lección es - bueno, mira lo que pasa por hacer esto, porque no ocurrió más nada, no hubo la suma, la solidaridad."
OLM orienta a quienes monten actos provocadores que sean rápidos al actuar y evadirse del lugar con prontitud, lo que claramente contradice las orientaciones impartidas por ellos mismos a sus mercenarios de oficio de que estos actos deben tener resonancia. Dice OLM: "no esperar a que viniera la policía, lanzara los pasquines y se fuera, porque entonces el resultado final era, caramba se puede gritar en la calle y te puedes ir."
Luego culmina su "sabios consejos" de la siguiente manera: "Y no pasa nada, que eso es otra cosa. Pero lo importante de todo esto es que cuando tú haces una cosa como esta, incluso tienes que planearlo, te paras en una esquina donde tú sabes que el policía más cercano está 500 metros, que le toma tal vez 5 minutos llegar al lugar donde tú estás, tú gritas tres minutos y te retiras a los tres minutos."
Lo que “los analistas e instructores” de Radio Martí callan es que en Cuba no son seguidos y saben de la pata que cojean los “defensores de los derechos humanos” que imploran por una detención para sumar puntos a su expediente “anti castrista” que los lleve al paraíso terrenal de los Estados Unidos, pues no dan para más.
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