Cuba-Gusanera: El manifiesto de la discordia

El último “manifiesto patriótico” que se acaba de publicar en el exilio - es el número 2552- suscrito por opositores del exterior y “Disidentes” que residen en Cuba, se ha convertido en una nueva “manzana de la discordia” , provocando una batalla campal en la Internet entre “Tirios y Troyanos”, es decir, entre los que calzan con sus firmas el documento y los que lo rechazan de plano, acusando a los firmantes de “dialogueros” y “traidores” que quieren pactar un arreglo con el gobierno cubano -- dicen ellos- para salvar al comunismo cubano, dejando fuera del gobierno a los hermanos Castro.

Como autores y detrás del controvertido manifiesto - señalan sus críticos- están el periodista cubano-americano-español Carlos Alberto Montaner, el ex dirigente funcionario comunista Juan Antonio Blanco, hoy profesor de la Universidad Internacional de La Florida FIU, la Disidente de la isla, la Bloguera esposa de “Macho Rico”, el empresario de Miami Carlos Saladrigas, el Profesor Eusebio Mujal y otros tantos cubanos de aquí y de allá, que suman más de un centenar de “Dialogueros” de nuevo cuño, como los califican sus detractores.

Lo que más nos llama la atención es que en el “documento de la discordia” se plantea que los gobiernos de Cuba y Estados Unidos deben establecer conversaciones urgentes para la devolución de la Base Naval de Guantánamo al gobierno cubano de la isla. Más adelante abogan- después de reclamar ciertos derechos civiles- por una socialización de los medios de producción, algo que ha dado pie a los más furibundos ataques , acusando de “comunismo sin castrismo” a los firmantes del documento, según los sectores más recalcitrantes del exilio cubano.

Por lo pronto algunos de los firmantes han comprado pescado pero le han cogido miedo a los ojos, porque muchos de ellos están dando marcha atrás retirando sus firmas del manifiesto de la discordia. Dicen que el documento es una trampa y acusan a Montaner y a Juan Antonio Blanco de ser los autores de tal engaño. Y eso que dicen que el tiempo de los bobos se acabó.
El duende de Miami

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