Saúl Landau.- Hace menos de tres años, las autoridades cubanas arrestaron a Alan Gross, quien tenía un contrato de casi $600 000 con DAI, Inc. para realizar un programa de USAID en Cuba.
En el juicio celebrado en La Habana, Gross oyó a las autoridades cubanas presentar sus informes de viaje de cómo suministró tecnología sofisticada e ilegal a un grupo preseleccionado, principalmente de judíos cubanos.
Gross llevó de contrabando a Cuba las partes “pieza por pieza, en mochilas y maletines de viaje”. Estas incluían “laptops, teléfonos ‘inteligentes’, discos duros y equipos de red”, escribió Desmond Butler. “La pieza más sensible, según informes oficiales de viaje, era… una pastilla especializada para teléfono móvil que los expertos dicen es usada a menudo por el Pentágono y la CIA para que las señales satelitales sean casi imposibles de detectar”. (Associated Press, 13 de febrero de 2012.)
Con la sofisticada tarjeta SIM de Gross, el grupo también podría evitar el descubrimiento de la señal. Su secreto no tenía la intención de impedir que los funcionarios cubanos aprendieran recetas de bolas judías de matzo.
La Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional financió la operación como parte de su plan de “promoción de la democracia”, con el fin de “brindar ayuda económica, de desarrollo y humanitaria en todo el mundo como apoyo a los objetivos de la política exterior norteamericana. Sin embargo, Gross se presentó como miembro de un grupo humanitario judío, no como representante del gobierno de EE.UU.” (Butler.)
El 11 de mayo de 2012, unos tres meses después de que apareciera el artículo de Butler, la funcionaria de Información a la Prensa del Departamento de Estado, Victoria Nuland, sorteó una pregunta.
“Ayer Josefina Vidal, una funcionaria cubana… dijo (a CNN) que han hecho llegar algún tipo de oferta al gobierno de EE.UU. acerca de la liberación de Alan Gross. ¿Hay alguna posibilidad de negociación en ese campo?
NULAND: “Recordemos una entrevista de la secretaria Clinton con CNN… No hay equivalencia entre… espías declarados culpables en Estados Unidos y… un trabajador de ayuda que nunca debió haber sido encerrado en primer lugar”. En la década de 1990, agentes cubanos penetraron grupos exiliados terroristas en Miami para detener su terrorismo en Cuba. Los agentes enviaron su información por medio de La Habana al FBI, el cual, después de usar sus datos durante años, los arrestaron. En 2001, un jurado los declaró culpables y una jueza los sentenció a condenas draconianas.
¿Habrá leído ella el artículo de Butler?
“Así que no contemplamos la liberación de los Cinco de Cuba, y no estamos contemplando un intercambio. La prisión continua de Alan Gross es deplorable, está mal y es una afrenta a la decencia humana. Y el gobierno cubano tiene que hacer lo que es correcto”.
PREGUNTA: “¿Por qué es adecuado hablar acerca de un canje con el Talibán, pero no con los cubanos, acerca de una persona que está en la cárcel y en mal estado de salud?”
NULAND: “No hay una equivalencia en estas situaciones y el gobierno cubano lo sabe. Esto es un asunto de un gobierno en el poder (el Talibán gobernó Afganistán antes de que las tropas norteamericanas invadieran en 2001) que ha encerrado sin base alguna de ningún tipo a un trabajador de asistencia… es decir, en nuestra opinión él no hizo nada incorrecto”.
Ignorando los hechos en el artículo de Butler para AP, el Departamento de Estado insiste en que Gross “estaba distribuyendo laptops y equipos normales de computación para ayudar a la comunidad judía a tener acceso a Internet”.
Sin embargo, en realidad, como reportó La Alborada, Gross estaba estableciendo una infraestructura para un sistema codificado de comunicación por satélite para extender la agitación en Cuba y permitir a supervisores de EE.UU. construir la democracia. “Gross, como su operativo experto, fue solo una fachada basada en que Gross es judío y un seguidor activo, en EE.UU., de B’nai B’rith, presentado como una especie de Santa Claus judío para sus correligionarios cubanos privados de Internet”.
Cuba no arrestó a Gross por “tratar de ayudar a sus camaradas judíos a compartir información religiosa y cultural; está en la cárcel por ser un agente de una potencia extranjera en un programa cuya intención es desestabilizar… al gobierno de Cuba”. (La Alborada, 14 de mayo.)
¿Por qué tenemos una prensa si funcionarios del gobierno no la leen ni se refieren a ella? Incluso los reporteros la ignoran. Wolf Blitzer fingió ignorancia o estaba desinformado cuando entrevistó a Hillary Clinton y a Alan Gross.
Pero Desmond Butler leyó los informes de viaje de Gross, así como los funcionarios de USAID a los que se informó con regularidad de sus progresos, según el vocero de DAI, Steven O'Connor.”
Butler demuestra cómo a fin de “evitar el escrutinio en el aeropuerto, Gross reclutó la ayuda de otros judíos norteamericanos para llevar equipos electrónicos pieza a pieza. Instruyó a sus colaboradores (judíos que viajaban a Cuba por motivos religiosos) que transportaran equipos, algunos de ellos prohibidos en Cuba, en maletines personales, no en las maletas que se despachaban”. (Butler.)
En su sesión de información la prensa del 11 de mayo, Nuland “rechazó categóricamente las acusaciones contra Gross. Y el hecho de que esté encerrado… sin causa alguna”. También olvidó leer la declaración de Judy Gross, esposa de Alan, a un reportero de TV. “Sabemos que él (Alan) violó las leyes cubanas. No lo sabía hasta que llegó a Cuba y fue arrestado. (WJZ, filial de CBS en Baltimore, 9 de 2012, entrevistada por Vic Carter.)
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Estimada Judy:
Por favor, envíe una copia de su entrevista a la secretaria de Estado Clinton, al presidente Obama y a sus funcionarios de prensa. Luego, frente a la Casa Blanca y al Departamento de Estado, levante la frase clave “Alan violó las leyes cubanas”, a ver si por casualidad alguien se da cuenta. Mucha suerte.
Saul.
[Tomado de Rebelion.org]
Fuente: http://progreso-semanal.com/4/index.php?option=com_content&view=article&id=4696:alan-gross-y-la-prensa-libre&catid=3:en-los-estados-unidos&Itemid=4
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