La Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Habana, laboratorio de contrarrevolución


2006, la SINA situando propaganada desde su edificio
Los verdaderos objetivos de la reunión mercenaria en la SINA

La Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana prepara una provocación. Fuentes  bien informadas aseguraron a Cambios en Cuba que la reunión -fijada para hoy 22 en una de las residencias de la SINA y enmascarada en un supuesto entrenamiento a la contrarrevolución en el uso de las redes sociales-, en realidad está convocada para dar a conocer las instrucciones, llegadas expresamente desde Washington, sobre cómo los anexionistas al servicio del imperio deben realizar provocaciones en las calles cubanas, el próximo fin de semana, los dias 23 y 24, por la muerte del supuesto disidente Orlando Zapata Tamayo.

El pueblo cubano no renunciará al que es, sin dudas, su principal derecho, el de la defensa de la Revolución y dará la respuesta que merecen ese tipo de provocaciones.

La Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Habana, laboratorio de contrarrevolución

Grupo de mercenarios rumbo a la residencia de 7ma y 24 para reunión, 2012


Norelys Morales Aguilera.- La Sección de intereses de los Estados Unidos de América en la Habana (SINA) así como la sección de intereses de Cuba en Washington fueron establecidas bajo convenio entre los gobiernos cubano y norteamericano el 30 de mayo de 1977, durante la administración de James Carter.

Lo que apuntaba a una mejora de relaciones entre Estados Unidos y Cuba ha sido empleado sistemáticamente para entorpecer el  intento. La página web de la SINA revela abiertamente que “Los objetivos de USINT en Cuba son los de promover una transición pacífica al sistema democrático basado en el respeto a la ley y a los derechos humanos individuales y abrir sistemas económicos y de comunicación.” 

Viniendo de esa sede diplomática tal declaración se traduce en que la contrarrevolución interna se dirige desde la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana, quienes tienen una estrategia para desacreditar y eliminar el proceso revolucionario ha afirmado Carlos Serpa Maseira, el agente "Emilio" para la Seguridad del Estado cubana.

Por su parte, Moisés Rodríguez Quesada, el agente "Vladimir", quien durante más de 25 años estuvo infiltrado dentro de la contrarrevolución también lo ha confirmado.

La SINA ha sido ‘el laboratorio’ donde se formuló ‘químicamente’ lo concerniente a ese movimiento de supuestos defensores de ‘derechos humanos’. Ellos fueron los padrinos de cada proyecto del experimento, como la llamada Concertación Democrática Cubana, la Coalición Democrática Cubana, el Concilio Cubano, La Patria es de todos, Todos Unidos…, siempre con un fin: tratar de unir a la contrarrevolución".

Los cables de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana filtrados por Wikileaks revelan que Washington entrega miles de dólares cotidianamente para fabricar incidentes internos en Cuba, según trascendió en septiembre del 2011.

En julio de 2010 se informó que Roger Noriega, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental durante el gobierno de George W. Bush, confirmó que James Cason tenía la misión de provocar la ruptura de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos y Cuba.

En 2003, cuando Cason dirigía la SINA, el juicio a los 75 individuos cubanos arrestados dejó al descubierto el papel jugado por la Sección de Intereses de los Estados Unidos en dirigir, financiar y organizar acciones subversivas en contra del gobierno de Cuba. La Agencia Norteamericana para el Desarrollo Internacional (USAID) había enviado 20 millones de dólares para apoyar a las organizaciones antigubernamentales en Cuba como parte de la campaña contrarrevolucionaria.

Jonathan Farrar, sustituto de Cason  investigó el uso de Internet en Cuba  y recomendó a Washington facilitar programas para violar reglas establecidas por los proveedores de la Isla. Un cable dado a conocer por WikiLeaks, titulado "Navegar por la Red en La Habana" describe cómo, jefe de la SINA en la capital cubana, y su esposa, que brindaba “apoyo técnico” en la Oficina, monitorearon personalmente varios locales de navegación para comprobar si los sitios de algunas de las organizaciones beneficiadas por Washington estaban accesibles desde las redes cubanas.

Farrar, en  cable del 31 de julio de 2008 pedía a Washington  8.000 dólares al año para varios  individuos, con el objetivo de “apoyar sus actividades en defensa de los derechos humanos”, a pesar -y lo advierte en su mensaje- de que el financiamiento proveniente de un gobierno extranjero que persigue el cambio de régimen en la Isla, está penado por la legislación cubana.

Entre las facilidades que brindan los diplomáticos norteamericanos a sus protegidos está “el suministro constante a estos de dinero, teléfonos celulares, medios de comunicación, computadoras y propaganda contrarrevolucionaria, entre otros”, según nota oficial de Ministerio de Relaciones exteriores fechada en julio del 2008.

7 de diciembre del 2011 bajo el mando de John Caulfield la SINA se reunió con sus disidentes en La Habana para organizarles la agenda. Este 22 de febrero se vuelve a repetir el entrenamiento a sus asalariados. 

Estas referencias confirman que la SINA en La Habana es un laboratorio de la contrarrevolución, pero un laboratorio no es la vida misma y los experimentos con Cuba fallan una y otra vez. [ESPECIAL PARA CUBAHORA.CU]


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