Percy Francisco Alvarado Godoy.- Eduardo Arocena, terrorista y criminal como Luis Posada Carriles y un sinnúmero de asesinos entrenados por la CIA, espera verse pronto el libertad gracias a un incremento de las solicitudes hechas a la administración Obama para que éste sea indultado.
En ese clamor desesperado, en que se le presenta arrepentido y como tierna oveja, participan los más sobresalientes verdugos de la mafia cubano americana, encabezados por los seis jinetes apocalípticos de la ultraderecha mafiosa dentro del Congreso, a saber, Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz Balart, David Rivera, Marcos Rubio, Albio Sires y Bob Menéndez.
La presión sobre Obama al respecto es intensa, intentando tirar un manto oscuro sobre los crímenes cometidos por Arocena para ocultarlos con desparpajo y confabulación. Para ello no solo se valen del tinglado mediático con el que cuentan, sino también de sus asalariados blogueros pagados por la propia contrarrevolución anticubana radicada en Estados Unidos, sino también empleando el dinero desembolsado por la USAID y otras oscuras fuentes de financiamiento asociadas a la CIA y a la ultraderecha norteamericana.
Esta creciente campaña, fomentada luego de la liberación bochornosa de Posada Carriles, Santiago Álvarez y otros terroristas, gracias a la veleidosa y corrupta justicia estadounidense, llena de jueces parcializados y fiscales complacientes, parece revivir otras ya realizadas con anterioridad, hace algunos años, para procurar la liberación del ya fallecido Orlando Bosch Ávila y en el caso del propio Arocena.
No extrañan, pues, las apariciones de convocatorias, solicitudes de dinero a los aún incautos que pululan en La Florida, lagrimeos y reclamos, para lograr la libertad del criminal al que denominan, absurdamente, “el preso político más antiguo en los Estados Unidos”.
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