Por ejemplo, que la entrevista de la bloguera cubana Yoani Sánchez al
presidente Barack Obama, en 2009, fue una farsa: realmente fue redactada por
funcionarios de la oficina diplomática de EEUU en La Habana (2). Recordemos que
esta entrevista supuso un gran espaldarazo mediático para la citada bloguera,
quien en 2007 fue convertida en personaje internacional gracias al respaldo
coordinado de poderosos medios, como la agencia Reuters, el Grupo Prisa y la
revista Time (3).
Este escándalo –silenciado absolutamente por los medios- no ha impedido,
sin embargo, que Yoani Sánchez siga sumando contratos: la emisora pública Radio
Nacional de España ha anunciado que incluirá sus crónicas –pagadas- en su
programa diario “En días como hoy” (4). Recordemos que, en apenas cuatro años,
Yoani Sánchez ha recibido más de medio millón de dólares en ingresos
reconocidos, procedentes de empresas mediáticas y fundaciones políticas (5).
Diversas fuentes apuntan a otros ingresos ocultos, como los procedentes del
propio Gobierno de EEUU (6).
Otro interesante cable reciente de Wikileaks –también censurado por los
medios- recoge el reconocimiento, por parte de otra de las “disidentes” cubanas,
de que las acciones opositoras en la Isla son sufragada por el Gobierno de EEUU:
Marta Beatriz Roque, en una videoconferencia de 2008, solicitaba al ex
presidente George Bush “más recursos económicos”, “a pesar de –palabras
textuales- todo el apoyo económico que nos ha dado su país”
(7).
Pero los grandes medios internacionales han censurado estas nuevas
evidencias sobre la conexión directa entre Gobierno de EEUU y “disidencia”
cubana, algo que resta cualquier legitimidad política a ésta y desnuda su
carácter colaboracionista.
Como la mayoría de medios occidentales, la citada Radio Nacional de
España justifica hoy -gracias a las crónicas de sus corresponsales- la
gigantesca operación de succión del petróleo de Libia por parte de las grandes
potencias, así como sus daños colaterales en forma de asesinatos de civiles por
parte de la OTAN (8). A partir de ahora, las mentiras, exageraciones y
subjetividad de los “partes de guerra” de Yoani Sánchez desde La Habana,
servirán al mismo propósito: preparar las mentes de la ciudadanía española para
digerir y justificar cualquier actuación que busque imponer en Cuba el modelo
económico y político diseñado por y para los grandes centros de poder
mundial.
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