Norelys Morales Aguilera.- La última manipulación del Miami Herald sobre la apelación de Gerardo Hernández Nordelo, uno de los cinco antiterroristas presos en Estados Unidos, confirma la imposibilidad de realizar un juicio justo relacionado con Cuba en esa ciudad.
Miami no es ciudad imparcial tratándose de Cuba. Hay pruebas de cómo actúa la prensa. El Miami Herald sostiene el clima político marcado por la parcialidad, la violencia, el odio y el prejuicio contra los Cinco o lo que represente a Cuba.
La quinta y la sexta Enmiendas de la Constitución de Estados Unidos exigen que un juicio se ventile ante un jurado imparcial y sin prejuicio, algo imposible en Miami, entre otras cosas por la actuación de medios como el Herald.
El pasado 27 de diciembre el diario informaba que Hernández Nordelo habría reconocido en un "cambio sorpresivo" que el incidente donde fueron derribadas dos avionetas se produjo sobre aguas internacionales, en lugar de en el espacio aéreo cubano.
Señalaba además que, "en una apelación desesperada, Hernández está de repente de acuerdo en que los ataques (...) sí ocurrieron en aguas internacionales" y que, con ello, "contradice fundamentalmente la posición del régimen al que juró lealtad y que lo ha declarado un héroe contemporáneo de la revolución".
Ese propio día un despacho de DPA daba cuenta de que el abogado estadounidense Richard Klugh, representante legal de Hernández Nordelo, calificó de "erróneo e infundado" el artículo publicado en el diario.
"Las afirmaciones realizadas en el artículo son producto de los esfuerzos bien conocidos del periódico de actuar tácticamente con respecto a Cuba. Es una distorsión completa de las demandas reales realizadas por Gerardo", dijo el experto en Derecho Criminal radicado en Miami.
La defensa de Hernández alega que él no podía estar al tanto del derribo de los aviones y que tampoco se encontraba en La Habana cuando se tomaron las decisiones acerca de cómo reaccionar ante los repetidos vuelos realizados desde Florida, en los que Hermanos al Rescate lanzaba panfletos con mensajes políticos.
El 14 de junio Richard Klugh y Thomas Goldstein presentaron una apelación colateral o habeas corpus en favor de Hernández Nordelo, quien, al igual que Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González, fue detenido en 1998 y condenado en 2001 por conspiración para cometer espionaje, entre otros cargos.
En esa solicitud se incluyó una documentación presentada antes en Washington por varios grupos solidarios, según la cual periodistas de Miami que publicaron informaciones negativas sobre los acusados durante el juicio recibieron pagos de entidades dependientes del gobierno federal.
Richard Klugh, dijo a la propia DPA en junio al respecto que:
"Es una situación única en la historia de Estados Unidos. Nunca en un juicio tan lleno de implicaciones políticas se ha dado una situación en la que el gobierno estuviera pagando a decenas de periodistas miles y miles de dólares para elevar el nivel de antipatía y el prejuicio contra los implicados", afirmó.
Agregó que además el gobierno impidió a la defensa de los isleños acceder a informaciones claves sobre el caso.
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