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La infinita estupidez humana (+ 2 fotos).
En su trabajo “Mi hermano Bin Laden”, Daniel Estulin afirma que una noticia tiene como mínimo dos niveles de verdad. En casos como el 11 de Septiembre (9-11), son tres niveles:
1) para la masa sucia (avión de aluminio borra de la faz de la tierra un rascacielos)
2) para los más inteligentes como médicos, jueces, senadores, policías, ingenieros que saben que avión de aluminio no puede provocar estos milagros.
3) de gobierno a gobierno la verdad absoluta.
(…) Recordamos que el día de los atentados, varias cadenas de televisión americanas como ABC, NBC y Fox barajaban la teoría de que “supuestamente” había varias explosiones dentro de las Torres Gemelas. Esto era otro “trial baloon”. ¿Se rebela el público yanqui contra la estupidez de la versión oficial de avión causando baja de un rascacielos? Pues, no. Ni idea. Bien. Entonces descartamos la teoría de explosiones dentro de TG.
Ahora, como los más inteligentes dentro de la población sucia y degenerada sabían que la versión oficial era UNA MENTIRA, para ellos habría que presentar otra teoría, más real, creíble y súper secreta. Tan secreta que ni siquiera se podía nombrar la causa verdadera de los atentados. Es decir, QUE las TORRES Gemelas CAYERON DEBIDO A CARGAS ATÓMICAS DE 150 MEGA TONELADAS COLOCADAS A UNA PROFUNIDAD DE 77 METROS POR DEBAJO DEL SUPERFICIE.
(…)En marzo 2001, Bush llamó a Putin para advertirle de que 11 septiembre habrá un test en NY. Un test atómico. Nadie esperaba que fueran a volar Torre Gemelas. Bueno, muchos lo sabían, incluso un grupo de música que había sacado un disco en junio 2001 con portada de los atentados.(Tomado de la Página Oficial de Daniel Estulin)
Invierno nuclear
Alan Robock, del Departamento de Ciencias Medioambientales, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, confirmó la teoría del “invierno nuclear”, junto a un equipo de prestigiosos investigadores norteamericanos y rusos.
Las ciudades arderían durante semanas e incluso meses extendiendo una vasta nube de cenizas que pintaría el cielo de negro. Los hongos de las explosiones termonucleares elevarían nubes de polvo y humo a altitudes estratosféricas donde permanecerían en suspensión durante años, velando la luz solar. Las temperaturas en la Tierra bajarían drásticamente a las pocas semanas. Por lo menos durante uno o dos años la insolación sería débil. Tras este desastre emergería un mundo helado y yermo en el que el 90 por ciento de las cosechas mundiales se habrían malogrado y la capacidad de generación de energía habría disminuido a más de la mitad. Sin medios para calentarse, las ciudades se convertirían en témpanos de cemento abandonados por la fuerte hambruna.
No es la parodia del Apocalipsis, sino el mundo que validan los modelos científicos si estallara solo el 1 por ciento de las bombas atómicas que existen hoy en el planeta. Bastaría un conflicto entre la India y Pakistán, dos países que poseen armas de esa naturaleza, para que se hiciera realidad la pesadilla que los investigadores han llamado “invierno nuclear”. (Tomado de Cubadebate.cu)
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