El PP español intenta sabotear comicios parlamentarios venezolanos.

Norelys Morales Aguilera- Durante su participación este viernes por la noche en un programa transmitido por el canal privado Globovisión, el diputado del Partido Popular de España, Gustavo de Aristegui dijo: “yo creo que en Venezuela y en otros países de América donde se ha producido una gravísima regresión de las libertades, se puede salir de esos impasses democráticos a través de un pacto nacional que implique que todo el mundo pueda reconciliarse”.

Una "reconciliación" parecida al golpe de estado contra el gobierno del Presidente Chávez que apoyó Aznar desde la presidencia española y el PP.

Mientras el diputado del PP emitía opiniones sobre asuntos internos de Venezuela, insinuó que en el país no hay libertad de expresión y esbozó una serie de líneas que, según su criterio, debe tener una democracia.

De Aristegui, “haciéndose el sueco”, ignoró que el Reglamento en Materia de Observación Nacional Electoral y Acompañamiento Internacional Electoral establece en su artículo 15, parágrafo 1, que en defensa de la soberanía, éstos no pueden emitir declaraciones ni opiniones en general, en particular sobre los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela.

"De igual modo, se abstendrán de inducir, persuadir u orientar al electorado, así como hacer pronunciamientos públicos”, indica el reglamento.

El “comando de campaña electoral para Venezuela” del PP se activó públicamente a partir de ese momento y provocó la protesta de las autoridades locales. Sintomáticamente los medios de comunicación corporativos se ocupan de armar el escándalo antes que informar sobre el contenido de la injerencia del diputado español.


En la madrugada de este sábado (hora de España), Europa Press indicó que Gustavo de Arístegui, no sería expulsado de Venezuela, según informó el coordinador de presidencia y de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas.

"Gustavo de Arístegui me ha informado de que finalmente se daba marcha atrás", explicó Moragas, que poco antes había conversado telefónicamente con De Arístegui. "Lo que en principio era una expulsión ha sido un acto de intimidación. La reacción del Partido Popular es ir al fondo de los contenidos y no a la foto, lo que ha influido para que las autoridades venezolanas hayan retrocedido", añadió.

Toda una lección de manipulación e irrespeto del PP. El provocador se queja de intimidación y grita a La Madre Patria colonial, quien regaña a los vasallos así:

“Esperamos que no se vuelvan a producir incidentes de esta índole y deseamos al pueblo venezolano que las elecciones de mañana transcurran sobre la base democrática", concluyó Moragas.

Para impresionar además, el coordinador de presidencia del PP también ha confirmado que tanto el presidente nacional del partido, Mariano Rajoy, como la secretaria general, María Dolores de Cospedal, han sido informados del incidente.

Rajoy, se mueve con su estrategia frente a la huelga de los trabajadores españoles, según analistas, con perfil bajo, evitar el enfrentamiento directo con los sindicatos y tratar de demostrar que esta guerra no es del PP, ya que se produce dentro de la izquierda.

En ese escenario tiene tiempo para la injerencia en Venezuela y Cuba, en relación carnal con los ex presos, mercenarios de los Estados Unidos, a quienes ha asegurado que está a su "disposición" para ayudarles y les ha trasladado el compromiso "sin matices" de su partido a favor de democracia en Cuba y en contra de que se levante la Posición Común que rige las relaciones entre la isla y la Unión Europea desde 1996, como un servicio de Aznar y ese partido a la derecha terrorista de Miami y Bush.

Cualquier parecido con la injerencia desde Estados Unidos no es casual, es intencional.

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