Patricio Montesinos
El guerrerista ex presidente del gobierno español José Maria Aznar prepara en Madrid con sus clones anexionistas cubanos un supuesto homenaje a los contrarrevolucionarios que financiados por Estados Unidos pretenden subvertir el orden en la isla caribeña y que se dicen llamar “disidentes”.
Según informaciones divulgadas en Madrid, la nueva provocación anticubana será organizada por el también ex líder del ultraderechista Partido Popular (PP) y por la conservadora Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que él preside, en ocasión de la Cumbre Unión Europea-América Latina a celebrarse en la capital española en las próximas semanas.
Por enésima vez Aznar y un grupo de conocidos pero muy desgastados contrarrevolucionarios de su misma estirpe pretenden agredir a la mayor de las Antillas, como parte de su enfermiza y frustrada pesadilla de destruir la Revolución cubana.
El ex jefe del gobierno español evidentemente continúa buscando a costa de su odio visceral hacia Cuba el protagonismo que nunca logró como político durante sus dos mandatos (1996-2004), durante los cuales únicamente resaltó por su implicación directa en la guerra y ocupación sangrienta impuesta por Estados Unidos y sus aliados a Iraq.
Entonces, incluso varios de los autotitulados “opositores” en Cuba y connotados contrarrevolucionarios asentados en Madrid no querían que los mezclaran con Aznar, a quien el pueblo español condenó unánimemente y derrotó posteriormente en las urnas por su activa participación en la agresión a Irak, y su sometimiento sin escrúpulos al régimen norteamericano del ex presidente George W. Bush.
Pero como es más que sabido, a los anexionistas y mercenarios el diablo los cría y las monedas los unen, y cuando se trata de atacar a Cuba sus bolsillos se excitan aún más, tomando en cuenta que detrás hay mucho dinero procedente de Estados Unidos y de algunos de sus aliados. El nuevo plan de Aznar y sus clones forma además parte de la más reciente campaña anticubana desatada en España y varios países del Viejo Continente cuyo propósito es evitar a toda costa que la Unión Europea (UE) elimine la denominada Posición Común que impone a la nación caribeña desde 1996, y que adoptó por instrucción de Washington y las gestiones sumisas de Aznar.
Durante la actual presidencia semestral española de la UE, las autoridades de ese país han insistido en la necesidad de variar esa Posición Común, actitud que ha sido objeto de continuos ataques de la derecha representada por el opositor PP, que sigue utilizando a Cuba como arma de política domestica. Aznar lo hizo siempre, y también siempre fracasó, aunque su soberbia anticubana jamás tendrá remedio.
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