Santa U$AID del disidente.

Néstor García Iturbe.

Si algo está bien claro para el gobierno de Estados Unidos y en estos momentos para la administración Obama, es que sin dinero no hay disidentes.

En cualquier país del mundo, el recibir dinero a cambio de traicionar a su patria es realmente un serio delito, en esto no se excluyen los propios Estados Unidos, donde guardan prisión más de 25 personas que han entregado informaciones secretas a otros países por cantidades de dinero que estos le han entregado.

El caso de la USAID no es nuevo, hace más de diez años que esta agencia es utilizada por el gobierno estadounidense y en especial por la Agencia Central de Inteligencia ( CIA) para promover en Cuba organizaciones que se opongan a la revolución. Los miembros de estas organizaciones encontraron en la USAID no solamente orientaciones, sino también el dinero que requerían para subsistir sin tener la obligación diaria de asistir al trabajo.

Estos desempleados, empleados por la USAID, reciben iguales beneficios de la revolución que cualquier ciudadano trabajador.

Sus hijos van a las mismas escuelas que todos los niños cubanos, su familia se trata en los mismos hospitales y centros asistenciales, reciben todas las vacunas necesarias para mantenerse saludables, pagan la electricidad y el teléfono con la misma tarifa que cualquier otro núcleo familiar, compran los abastecimientos al mismo precio subvencionado que cualquier persona en Cuba, adquieren las medicinas al mismo precio y en las mismas farmacias que cualquiera, pagan la transportación al mismo precio, asisten a espectáculos públicos, restaurantes, cafeterías y centros de recreación sin tener que pagar un precio distinto.

¿Si son agentes de un gobierno extranjero, del cual reciben un salario mensual, no tiene vinculación laboral alguna y su única ocupación es realizar actividades en contra de la revolución, deberían continuar recibiendo esos beneficios?

Considero que esta pregunta es algo que llama a la reflexión, sobre todo al conocer que los asesores del señor Obama, el Premio Nobel de la Paz, están estudiando proponer un presupuesto de 20 millones de dólares para que la USAID lo utilice en continuar promoviendo la disidencia en Cuba.

El presupuesto en cuestión tendrá varias partidas, que son las siguientes:

-$750,000 para promover los derechos humanos y la democracia en Cuba

-$250,000 para ayudar a los familiares de los supuestos presos políticos (por ejemplo, a las llamadas damas de blanco y las recientemente creadas damas de apoyo)

-$500,000 para los que luchan para liberar a los supuestos presos políticos.

-$900,000 para Freedom House. Una organización que por 10 años fue dirigida por Frank Calzón. El dinero sería para fortalecer a los líderes de la supuesta oposición: artistas, músicos y blogueros. Con un cínico énfasis en los afrocubanos

-$400,000 para el Institute for Sustainable Communities. Para tratar de “identificar a los nuevos líderes de la comunidad cubana” y ayudarlos en su campaña publicitaria y política. O sea, casi medio millón de dólares para que Washington identifique a los nuevos líderes a quienes les repartirán la plata.

-$200,000 para fortalecer supuestamente a las redes de apoyo que Washington ha creado en Cuba. Proveer equipos y entrenamiento para ellas.

-$2, 600,000 para Development Associates Inc. Con el propósito de ampliar la red de apoyo cubana que Washington ha creado y promover el mensaje de Miami hacia Cuba. (Esta es la empresa que contrató a Alan P. Gross, detenido y esperando ser juzgado en Cuba.)

-$2, 000,000 para apoyar grupos afines a Washington en Cuba, especialmente ciertas mujeres y afrocubanos, para promover la iniciativa individual económica (es decir, el capitalismo).

-$2, 500,000 para Creative Associates. Una organización que está activa clandestinamente ampliando la red social para buscar apoyo hacia un cambio político en la isla, utilizando especialmente el desarrollo de la “iniciativa individual económica de las mujeres y los afrocubanos”.

-$2, 900,000 para promover, bajo la tutela del Departamento de Estado, la libre expresión en la isla: especialmente entre ciertos artistas, músicos, escritores, periodistas y blogueros.

-$500,000 para que individuos vinculados a grupos religiosos o espirituales defiendan su derecho para la libertad de religión.

-$500,000 para promover una determinada política laboral en la isla y generar “presión internacional contra el gobierno cubano para que reforme sus leyes laborales”.

-$350,000 para ejercer influencia sobre ciertos grupos de la sociedad civil cubana, “especialmente a las mujeres que suelen ser explotadas sexualmente”.

-$500,000 para las ONGs y otras organizaciones vinculadas a Washington.

-$1, 150,000 para adiestrar a ciertas organizaciones, incluyendo periodistas y blogueros en Cuba para utilizar las nuevas tecnologías comunicacionales.

-$2, 500,000 para administrar los programas de este presupuesto. (Un poco más del diez por ciento para los burócratas y el personal que desde Washington y Miami “dirigen” la operación.)

Estas partidas reforzarían el plan ya aprobado para la USAID que comprendía del 2009 hasta el 2011 y que en los cuatro puntos de su variante uno resumía estas mismas actividades. Aquel Plan de 30 millones de dólares recibiría una fuerte inyección si en definitiva se aprueban estos otros 20 millones.

Lo que resulta realmente escandaloso y de una total falta de ética es que la administración Obama esté considerando solicitar estos fondos para realizar una actividad francamente injerencista en los asuntos internos de otro país.

Esta es una actitud totalmente criticable, sancionable por la violación del Derecho Internacional que la misma representa, repudiable por los propios ciudadanos estadounidenses que desean el dinero que pagan con sus impuestos sea utilizado para beneficio del país, no para el aventurerismo, el revanchismo y empañar una vez más la imagen internacional de Estados Unidos.