Danielle Bleitrach-Rebelión-Hasta hoy me he conformado más o menos con traducir y reproducir los textos que me enviaban sobre el caso de Orlando Zapata, el preso cubano que falleció por una huelga de hambre. Había varias razones para esto:
1) La primera es que la muerte de un ser humano, sea quien sea y sean cuales sean las circunstancias, me afecta realmente. Y todavía más en este caso en el que hubo una huelga de hambre, una autodestrucción. El simple hecho de ver el rostro de ese hombre me resultaba doloroso. Me recordó a Guy Georges, aquel mulato de quien siempre he pensado que acabó profundamente destruido por la carencia de amor antes de convertirse en un asesino en serie de ancianas. Interpreté una especie de rebeldía, una enfermedad en la mirada fija y febril, la cuestión política desapareció para mí ante esa autoinmolación y sólo podía sentirme cerca de su humanidad destruida. Así pues pensé que había que respetar un tiempo de silencio. Pero no nos lo han permitido. Ni a él, ni a mí, ni sobre todo a su madre cuyo dolor profundo imagino por ese hijo violento y doliente que la crucificó tantas veces. Yo sé.
2) La segunda razón era, y la dije desde el principio, que conozco al pueblo cubano y a sus dirigentes. Si siento tanto respeto por ellos y el deseo de luchar a su lado no es porque Cuba sea una sociedad perfecta donde todo va bien, un modelo, lejos de eso… No sé si yo tendría la fuerza para afrontar las dificultades cotidianas, el cepo del subdesarrollo por estrangulamiento al que la tienen sometida. Pero también sé que a pesar de esa abominable situación infligida por el adversario más terrible que se pueda imaginar, los cubanos conservan milagrosamente su humanismo y siempre, sean cuales sean los problemas, intentan alcanzar más justicia y emancipación para el ser humano. Para ellos y para los demás. Así pues, he vivido la historia de ese hombre fuese lo que fuese –delincuente o disidente– como un fracaso en su proyecto fundamental. En nuestras prisiones, las prisiones del imperio, todos los días hay suicidios, se destruye a los individuos y se les conduce al suicidio no sólo en los penales sino ahora también en sus centros de trabajo, porque nuestra sociedad es insoportable. Pero exigimos más de Cuba, esta pequeña estrella en el corazón de aquéllos que aspiran a un mundo más justo; pedimos a los cubanos que sigan siendo magnánimos mientras se libra contra ellos una guerra despiadada, un crimen genocida cuyo nombre es bloqueo y ataca en primer lugar a los niños, a las mujeres, a los ancianos. Les estrangulan con la esperanza de que vuelvan su ira contra sí mismos. Ya que todo esto me resulta tan doloroso por ellos, me conformé con traducir y transmitir los textos que recibía.
3) Enseguida me di cuenta de que nuestros medios de comunicación funcionaban como tienen por costumbre, como perros atacando y mordiendo a Cuba, el símbolo de la esperanza de una sociedad mejor. En realidad atacan de la misma manera a cualquiera que pretenda actuar fuera de su cínica desesperanza… Y lo hacen con esa mezcla de arrogancia de quien imparte lecciones y de ignorancia e incultura políticas. Sin embargo en este caso los medios franceses sólo han mordido con la punta de los dientes, sin el odio entusiasta que encontramos en la prensa española, en la latinoamericana de la derecha e incluso en El País. Así al principio, sin más cuestionamiento, pensé que en Francia no valía la pena revolver el asunto ya que sólo conseguiría darles más publicidad…
Después, poco a poco he comprendido el cómo y el porqué de semejante operación y por qué era España quien la dirigía. Hizo falta una serie de informaciones para que yo comprendiera al fin lo que estaba en juego y por qué un hombre había muerto, por qué una pobre mujer lloraba a su hijo.
Tengo artículos que me llegan desde España sobre la presidencia de turno europea. Le corresponde a Zapatero y he leído al respecto artículos llenos de cólera de militantes comunistas españoles contra la política de austeridad que dirige, su forma de claudicar ante la Unión Europea y sobre su posición, ahora en retirada, respecto a la necesidad de aprovechar su presidencia para mejorar las relaciones con Cuba.
Pensé que la coincidencia temporal es sospechosa. ¿Será posible que unos canallas hayan programado la muerte del cubano para eso?, es fácil saber que más allá de 80 días de huelga de hambre los riesgos se convierten en certezas. No sólo no hicieron nada para frenar esa locura sino que seguramente la pusieron en marcha en el momento adecuado.
Si me atrevo a pensar esto es porque sé hasta qué punto todas las medidas de la Unión Europea contra Cuba se pusieron en marcha mientras el franquista Aznar gobernaba en España. Su elección estuvo financiada por los gusanos de Miami, los criminales terroristas de la mafia anticastrista de los que se mostró fiel aliado así como de su patrón, la CIA. Aznar no sólo fue a por Cuba y llevó a las tropas españolas a la expedición iraquí, sino que también se lanzó a América Latina. Por medio de su embajada en Caracas organizó el golpe de Estado contra Chávez. En Francia no se comprende muy bien hasta qué punto en España no se ha barrido el franquismo y algún día tendré que explicaros cómo todavía en la actualidad el aparato judicial, generalmente represivo, permanece en el franquismo, y por qué no se puede entender la ira de los vascos si se ignoran las condiciones de la amnistía franquista, incluido el papel que desempeñó Santiago Carrillo, el dirigente comunista en la época, etcétera.
Sabiendo esto, ayer, como todos vosotros me enteré de que un juez español acusa a Chávez de apoyar a ETA y de ponerla en relaciones con las FARC. Si se conoce la posición de Chávez sobre éstas últimas, esto es absolutamente ridículo. Todo empieza a encajar, se trata de bloquear los intentos de Zapatero de cambiar las relaciones de la Unión Europea con América Latina en el momento en que ésta acaba de infligir un desaire a Obama y al imperio al manifestar en Cancún su voluntad de independencia y la integración de Cuba; y que será en Caracas muy pronto donde se pondrá en marcha la auténtica etapa que las concretará.
Así pues, me pregunto: ¿Es posible que esos canallas hayan programado el suicidio de ese pobre hombre, incitándole a comenzar en una fecha precisa su huelga de hambre para conseguir el pretexto del mártir y seguir con su tradicional intervención de la Unión Europea contra Cuba y América Latina? Y resulta que esta mañana traduzco un nuevo texto donde se ve claramente que todo se organizó en Miami en presencia de un miembro español del PPE. Las redes establecidas por Aznar, el terrorismo de Estado integrado en la CIA se han reactivado…
Y entonces me invade la ira, eso no corresponde a la lucha política, es crueldad… Yo los acuso de que son monstruos y son capaces de programar no solamente el estrangulamiento de un país desde hace de cincuenta años, sino también de utilizar los sentimientos humanos más honorables para llevar a cabo sus infamias. Utilizan esos sentimientos, incluida la pena que siento ante un hombre quien, sean cuales sean las razones que le empujan, es capaz de autodestruirse; instrumentalizan lo más importante de mi compromiso, el sentimiento de fraternidad humana, para llevar a cabo sus guarradas fascistas por la única razón de que necesitan mantener a cualquier precio su podrido sistema capitalista.
Acuso a esas personas de monstruos y cuando pienso en el catolicismo de los franquistas, en sus náuseas frente al aborto, no puedo evitar el pensamiento de que el fracaso moral de dicha jerarquía católica integrada en el franquismo, es patente, ha creado los demonios. Me gustaría responder lo que respondió el jefe indio sobre la hoguera al sacerdote que le invitaba a convertirse para no ir al infierno: «¿Los españoles están en el paraíso? ¡Entonces prefiero el infierno!». Era uno de los primeros habitantes de Cuba y se cuenta que éstos arrojaron su oro al mar porque pensaban que era el dios de los invasores… Después en esta isla, como en nuestras Antillas francesas, Haití, llevaron a los esclavos mártires, los negros, los ancestros de Zapata y de su pobre madre… Los revolucionarios cubanos quisieron detener esa historia trágica y restituir a todos su humanidad. Yo estoy, todavía y siempre, a su lado.
Traducido para Rebelión por Caty R.
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