El siguiente artículo enfureció a Carlos Alberto Montaner, el terrorista que quisiera olvidar su pasado. Sus crímenes no caducan. Es un prófugo de la justicia cubana y su conciencia está en paz, tal como la de Posada Carriles porque son protegidos del gobierno de Estados Unidos. Siempre han trabajado para la CIA, además. Montaner hoy terrorista mediático, es un instigador y sus análisis son las indicaciones para la guerra contra Cuba. Solo protegido por EEUU un terrorista puede sobrevivir y vivir del negocio de la contrarrevolución.
¡Lágrimas de Cocodrilos!
Max Lesnik desde Miami
Toda muerte es siempre de lamentar. No importa en qué bando haya estado el que desaparece del mundo de los vivos porque del otro lado de la vida nadie sabe sí hay espacio para nuestras querellas humanas terrenales.
A propósito de la muerte en La Habana de un cubano que estaba preso condenado a varios años de prisión por sus actividades políticas contestatarias, quien por su propia voluntad había decidido dejar de ingerir alimentos, aquí en Miami se ha desatado toda una campaña de acusaciones contra las autoridades cubanas responsabilizando a estas de tan desgraciado acontecimiento.
Dicen los más cínicos que en política todo vale. Hasta utilizar el dolor de una madre adolorida por la pérdida de un hijo, con tal de anotarse un tanto y agregarle una nueva culpa al gobierno que se combate.
Las lágrimas de una madre doliente merecen el respeto debido. Las otras, las “lágrimas de cocodrilos” que vierten hipócritamente los que juegan a la política con el sacrificio ajeno, desprecio merecen porque son llantos de pícaros y sinvergüenzas, que de esa calaña hay muchos por acá y más de unos cuantos en la Cuba de allá.
El pobre hombre tomó un camino que no podía conducir a otro destino que el de la muerte. Una huelga de hambre en serio, con la intención de rendir a un Estado no es cosa de alentar porque no hay Estado- comunista, capitalista, de izquierda o de derechas, religioso o ateo - que se haya plegado jamás a las exigencias de un opositor bajo la amenaza de que “me muero por no comer si no me complacen en mis demandas”.
Los que no se mueren nunca en “huelgas de hambre” son los “cranqueros”, los que dan “cuerda”, los que gritan enfurecidos desde la cerca, mientras el toro ensarta al torero. Los “empujadores”, porque los que empujan no se dan golpes, nunca están dispuestos a morirse en una huelga de hambre.
Los “cranqueros” de aquí y de allá lloran hipócritamente al infeliz que tomó el camino equivocado, pero ellos nunca se equivocan. Quisiéramos ver en Miami en “huelga de hambre” solidaria a un Carlos Alberto Montaner, a un Orlando Gutiérrez, a un Oscar Haza, a una María Elvira Salazar, a los Pérez Roura, a la Ninoska Pérez , o a tantos otros, que desde bien servidas mesas se rasgan las vestiduras llorando desconsoladamente, haciéndonos recordar lo que le dijo la madre del monarca árabe Boabdil a su hijo cuando aquel perdió su reino de Granada frente a los Reyes Católicos: “No llores como mujer lo que no has sabido defender como hombre”.
Y del otro lado de las 90 Millas, en Cuba, habrá también “lágrimas de cocodrilos”. Llorará la Bloguera mayor y su marido el “Macho Rico”. Lloraran La “Camajana” Santa Cruz, el Vladimiro Roca y la señora Roque Cabello con sus “lágrimas de cocodrilos”. Pero ninguno de ellos se dejará morir por no comer, en una huelga de hambre solidaria. Eso es cosa de locos, dirán en baja voz como dicen también los de acá.
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