Evo Morales, favorito para imponerse en las urnas.



De cara a las elecciones generales de mañana domingo en Bolivia, el actual mandatario Evo Morales figura como el candidato favorito para imponerse en las urnas, de una lista de ocho aspirantes.

Morales y el vicepresidente Álvaro García aspiran a un segundo mandato consecutivo (2010-2015) por el gubernamental Movimiento al Socialismo-Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) en estos comicios, séptimos desde la restauración de la democracia en Bolivia (1982).

El líder, de origen aimara, va delante en todas las encuestas con una intención de voto de hasta 30 puntos por encima de Manfred Reyes Villa, por el Plan Progreso para Bolivia- Convergencia Nacional (PPB-CN); y el empresario Samuel Doria Medina, por Unidad Nacional (UN).

Los partidos opositores ni siquiera lograron formar alianzas para enfrentar el proceso electoral y se contentaron con presentar opciones que, en sus constantes ataques al Gobierno, solo consiguieron cavar su propia tumba.

En cuatro años de gobierno, la aplicación de políticas de igualdad social equilibrio económico y de defensa de la Pachamama (Madre Tierra) convirtieron a Morales en un icono de relieve nacional, continental y hasta mundial.

Cuando en diciembre de 2005 triunfó en las elecciones generales, pocos le concedieron mucho tiempo al frente de los destinos del país.

Al decir del propio mandatario, "nadie creyó que el indiecito iba a mantenerse en el cargo mucho tiempo; los grupos neoliberales y derechistas dijeron que en unos seis meses volverían a ocupar los puestos que mantuvieron desde 1985".

Tras un año como presidente del Estado andino amazónico, sus opositores adoptaron medidas para desalojarlo del Gobierno y continuar con las viejas costumbres dictatoriales y neoliberales.

Varios fueron los intentos para derrocar a Morales, entre ellos, una abierta campaña para desprestigiar las decisiones del Ejecutivo y posteriormente la exigencia de un referéndum revocatorio, cuyo resultado lo ratificó al frente del país.

Los detractores también se lanzaron con un golpe cívico-prefectural mediante violentas manifestaciones en algunos departamentos, y en abril último, un intento de asesinato por parte una banda de terroristas bolivianos-europeos, en el departamento de Santa Cruz.

Pero cada intento desestabilizador solo consiguió reafirmar a Evo en el poder, primero con apoyo de los movimientos obreros, campesinos e indígenas, y después por parte de otros sectores de la sociedad boliviana.

Tal respaldo le permitió aplicar políticas de corte estatista, como la industrialización de las principales materias primas tradicionales que exportaba el país desde 1825, sin rédito significativo para su erario público.

Mañana domingo, el primer dirigente indígena en asumir la presidencia en toda la historia de Bolivia, irá junto al MAS-IPSP y a su vicepresidente por una segunda gestión, con la mira puesta en la industrialización y la estrategia de consolidar la Revolución democrática y cultural emprendida en 2006.




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