Muros: el comunismo enemigo o morir de éxito.

Norelys Morales Aguilera


El ex presidente soviético Mijail Gorbachov, el ex presidente de EE UU George Bush padre y el ex canciller alemán Helmut Kohl. El próximo 9 de noviembre se conmemoran 20 años de la caída del Muro de Berlín. (AFP)

El ex presidente soviético Mijail Gorbachov (1989-1991), el ex canciller alemán Helmut Kohl (1982-1998) y el ex presidente de Estados Unidos, George Bush padre (1988-1992), se reencontraron este sábado en Berlín para conmemorar la caída del Muro, un acontecimiento estrechamente ligado a las tres personalidades.

Festejos y más festejos, pero "El comunismo no era el enemigo. El capitalismo puede morir de éxito y su mayor enemigo es el propio sistema capitalista". Dijo Antonio Cambril director de la Opinión de Granada durante un encuentro efectuado en mayo para festejar el acontecimiento.

Veinte años después de la caída del muro de Berlín, el mundo "viaja sin destino", la incertidumbre se ha instalado "en el corazón del sistema", a lo que habría que añadir otros muros como el de los Estados Unidos en su frontera con México.

Muros: Eduardo Galeano.

El Muro de Berlín era la noticia de cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro... Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros han brotado, siguen brotando, en el mundo, y aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.

Poco se habla del muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla. Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y de aquí a poco será quince veces más largo que el Muro de Berlín. Y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que desde hace veinte años perpetúa la ocupación marroquí del Sahara occidental. Este muro, minado de punta a punta y de punta a punta vigilado por miles de soldados, mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.

¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos? ¿Será por los muros de la incomunicación, que los grandes medios de comunicación construyen cada día?...

Mil y una resoluciones de las Naciones Unidas han confirmado el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.

¿De qué han servido esas resoluciones? Se iba a hacer un plebiscito, para que la población decidiera su destino. Para asegurarse la victoria, el monarca de Marruecos llenó de marroquíes el territorio invadido. Pero al poco tiempo, ni siquiera los marroquíes fueron dignos de su confianza. Y el rey, que había dicho sí, dijo que quién sabe. Y después dijo no, y ahora su hijo, heredero del trono, también dice no. La negativa equivale a una confesión. Negando el derecho de voto, Marruecos confiesa que ha robado un país.

¿Lo seguiremos aceptando, como si tal cosa? ¿Aceptando que en la democracia universal los súbditos sólo podemos ejercer el derecho de obediencia?

¿De qué han servido las mil y una resoluciones de las Naciones Unidas contra la ocupación israelí de los territorios palestinos? ¿Y las mil y una resoluciones contra el bloqueo de Cuba?

El viejo proverbio enseña:

–La hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud.

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2 comentarios:

Equipo de Bitácora (M-L) dijo...

Galeano, siempre acertado...

Anónimo dijo...

los 3 chinflados

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