En las primeras horas de la tarde de este martes regresó a Cuba Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
«Me voy muy emocionado y alegre», dijo Raúl la noche de ayer lunes ante unos 30 mil quiteños, de esta inolvidable e intensa visita al Ecuador, primera que realiza el Presidente cubano a la hermana nación suramericana.
Raúl, Chávez y Zelaya fueron recibidos con una cerrada ovación a su llegada al acto convocado en el estadio olímpico Atahualpa, una verdadera fiesta de pueblo que celebró por todo lo alto su contundente victoria en las elecciones de abril pasado.
Allí Correa los acogió con vivas a Cuba, Venezuela y Honduras; a Fidel, el Che y Raúl, secundados a coro por los hombres y mujeres que colmaron el estadio capitalino.
Primero intervino Chávez combinando música, poesía y verbo llenos de espíritu patriótico y revolucionario, y de denuncia a las agresiones que sufren actualmente los pueblos del continente, hasta hacer vibrar la multitud.
A continuación usó de la palabra Zelaya, quien denunció una vez más los atropellos que sufre su pueblo tras el golpe de Estado reaccionario y agradeció la solidaridad recibida.
Seguidamente Correa invitó al Presidente cubano a tomar el micrófono. Raúl recordó que a Ecuador, en particular a Quito, cabe el honor de haber sido la iniciadora del movimiento independentista americano, que pronto fue secundado en Venezuela, Argentina, Colombia y muchos otros sitios del continente.
Reflexionó que el flujo y reflujo de la historia ha hecho que hoy, 200 años después de comenzadas aquellas luchas por la independencia, vivamos una situación similar por los grandes desafíos y peligros que enfrentan nuestros pueblos.
Mencionó el creciente movimiento popular a favor de la justicia social y la verdadera soberanía, que tiene como contrapartida los intentos desesperados de las oligarquías criollas y sus amos extranjeros de revertir los avances de los pueblos.
Mencionó como ejemplos de lo anterior las acciones de la reacción contra Venezuela, Bolivia y más recientemente contra Honduras, y alertó que estas continuarán en la medida que se fortalezcan las fuerzas populares. «La instalación de bases militares de Estados Unidos en América Latina no es casual ni para luchar, como dicen, contra el tráfico de drogas o las guerrillas», afirmó.
Hizo un breve recuento de las agresiones que ha sufrido el pueblo cubano desde 1959 y manifestó que la Revolución no hubiera podido sostenerse de no contar con el apoyo decidido de la gran mayoría del pueblo.
Concluyó felicitando al Presidente Correa por su decisión de ponerse al servicio de sus compatriotas y ratificó la decisión cubana de apoyar al pueblo ecuatoriano.
El Presidente Correa resumió la vibrante jornada agradeciendo a su pueblo por el triunfo alcanzado y ratificando el compromiso de continuar trabajando en beneficio de sus más humildes compatriotas. “¡Ni un paso atrás!, ¡Hasta la victoria siempre!, ¡Venceremos!, concluyó.
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