Honduras: censura y persecución a periodistas



El canal Televicentro fue sacado del aire el mismo día del golpe. Luego, con un lavado de rostro que involucró la salida de algunos reporteros y la llegada de otros, comenzó a emitir nuevamente. Qué pasó en los otros medios.

Horacio Raña. La persecución a los periodistas con posiciones cercanas al derrocado Manuel Zelaya y la salida del aire de medios que no son afines a las actuales autoridades, es uno de los puntos más flojos de aquellos que afirman que el de Roberto Micheletti no fue un golpe de Estado.

El caso más emblemático en esta asonada cívico-militar fue el del canal de televisión Televicentro, que directamente fue sacado del aire el pasado domingo, el mismo día del golpe.

Luego, con un lavado de rostro que involucró la salida de algunos periodistas y la llegada de otros, comenzó a emitir nuevamente.

Claro está, Televicentro forma parte, ahora, de la gran maquinaria informativa que responde al actual gobierno y que no admite matiz alguno en sus conceptos.

El Bloque Popular, los seguidores del derrocado Zelaya, no tienen espacio en estos medios, son considerados "revoltosos" (que acá es un equivalente del argentino "subversivo") y acusados de estar pagos por el líder venezolano Hugo Chávez.

No fue el único caso. La televisora Cholupsar corrió la misma suerte pero con peor final, ya que directamente nunca más volvió a emitir.

En igual situación se encuentra la televisora internacional Telesur, sin señal desde el domingo del golpe.

La edición en español de la CNN fue censurada tras difundir en vivo las primeras horas posteriores al golpe, después le prohibieron salir y ahora sólo se la puede ver a través de las señales de cable internacionales como Sky, ya que las locales no la emiten.

Eduardo Maldonado, director del programa de televisión y radio "Hable como habla" que se emitía por Canal 66 Maya TV, relató en una nota al diario Tiempo que los "cerraron y no nos dejaron ingresar, sólo se nos dijo que era una orden".

Ayer, en tanto, sacaron del aire a la radio Santa Rosa de Copán, del departamento homónimo.

Algo similar ocurrió con Radio Globo, en cuya sede explotaron algunas bombas de mediano poder destructivo, pero máximo poder disuasivo.

A esto hay que sumarle que dos corresponsales de Telesur y de la agencia de noticias Associated Press, fueron detenidos y trasladaos por efectivos militares el lunes por transmitir imágenes y fotografías desde el hotel donde están alojados.

Este enviado fue testigo en la víspera de un hecho increíble: el colega Martín Ramírez, del diario hondureño La Tribuna, acababa de hacer una nota con miembros de organizaciones defensoras de los derechos humanos dentro del Palacio de Justicia. En un momento apoyó el grabador en una pared y un policía lo tomó y le robó el casete.

Así, con la misma impunidad con la que le respondieron cuando se fue a quejar: "Ah, qué pena, vea usted que el policía que pudo hacer eso ya se retiró porque cambiamos de turno..."

La situación es tan seria, que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) intervino para reiterar a las nuevas autoridades de Honduras su pedido de respeto pleno a la libertad de prensa, porque "medios de comunicación y periodistas denuncian que aún siguen siendo limitados, intimidados y agredidos en su labor profesional".

El presidente de la SIP, Enrique Santos Calderón, expresó que "a fin de garantizar a la población su derecho a recibir plena información", el Gobierno "debe cesar cualquier limitación a la labor de la prensa".

Fuente: Telam


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