Los ciberdisidentes tienen prohibido hablar de esto para crear la duda al respecto de torturas en cárceles cubanas. Son más fotos prohibidas a ciberdisidentes.
Cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, califica a Cuba de un país donde “no son respetados estos derechos fundamentales” está mirando para el lado equivocado.
Si no fuere así, algo habría dicho al mundo sobre lo que un país miembro y donde se encuentra su sede tiene que explicar al respecto de las torturas, por ejemplo. Ese país es Estados Unidos.
Las decisiones de ese gobierno violan derechos fundamentales. Son los soldados norteamericanos los invasores y los torturadores. Fueron sus servicios de inteligencia quienes planificaron e implementaron con países cómplices los vuelos y cárceles secretas donde se mata y se tortura.
El único lugar de la tierra cubana donde se tortura es en la Base Naval del Ejército de Estados Unidos en Guantánamo, ubicada ahí por medio de la usurpación de esa porción del territorio nacional de la Isla y contra la voluntad de sus nacionales.
Barack Obama concibió durante su campaña presidencial que podría limpiar la imagen de Estados Unidos con el cierre de la prisión en Guantánamo y la sanción a los infractores. No lo ha logrado y llegó a lo que nadie estaba suponiendo del carismático presidente. Prohibió la publicación de las fotos de las torturas.
Un despacho de la Agencia EFE recuerda que en abril, el Gobierno de Obama anunció que se publicarían las fotografías y que no tenía sentido recurrir una sentencia a favor de su publicación ganada por la American Civil Liberties Union.
Pero, tras fuertes presiones de jefes militares, Obama cambió de parecer y dijo que su publicación pondría en peligro la seguridad de las tropas estadounidenses.
Las fotos, que no pudieron ocultar más, sobre las torturas reflejan la degradación moral de los soldados, provocada por la inescrupulosa concepción e ideología de que el fin justifica los medios, en este caso para agredir y obtener beneficios para la cúpula del Imperio.
Los que autorizaron y justificaron con subterfugios legales las torturas están impunes y el forcejeo de Obama se enrumba en un cibercomando del Pentágono que más que defensa significa agresión, un “ciberzar” para coordinar y por consiguiente, un modo más de controlar y censurar las torturas que no han condenado y al estar impunes, continuarán.
Para estas acciones y estrategias a la OEA se le borró del diccionario la palabra “condenar” y se ha decidido a calumniar a Cuba en complicidad con Estados Unidos.
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