Sin embargo, el
revuelo, opinólogos, analistas serios y los sucesos de los últimos días matizan el suceso. Después
de la confirmación de la visita del Presidente, hubo ratificación de
declaración de emergencia contra la Isla, que algunos ven light; se produjeron sanciones
a empresas que se han relacionado con la Isla en aplicación del bloqueo
económico, comercial y financiero contra el pueblo cubano, que no cambia la
política de hostilidad y cerco. El mandatario hizo nuevos anuncios para tratar
de cumplir su promesa electoral aún pendiente, de cerrar la prisión de Guantánamo.
El monopolio mediático se ha desembuchado en torno al viaje del Presidente y cada quien hala la sardina a su brasa. Medios en Estados Unidos que defendieron el cambio de política hacia la Isla, hoy instan al mandatario a "presionar al régimen" (mejor "rrrrégimen, más enfático) dado su desespero por ver caer la Revolución Cubana. Tres líneas de mensajes resaltan, sin ser las únicas.
1. No ven rapidez en los cambios que
ellos exigen, cuando por encima de la retórica y las medidas insuficientes
de la Administración, están aplicando el bloqueo con tanto o más rigor que
anteriores gobiernos estadounidenses. El establecimiento pleno del comercio
bilateral no ha sucedido, la Ley de Ajuste Cubano sigue en vigor y los fondos
para el financiamiento de programas subversivos y las transmisiones ilegales
continúan. La bahía de Guantánamo está ocupada por una base militar, donde
enclava ron una prisión impresentable en materia de derechos humanos. Mientras
en Cuba continúan consolidándose medidas y aperturas consensuadas y necesarias,
algo suspicazmente silenciado.
2. Obama hace concesiones unilaterales,
borrando de un plumazo décadas de agresiones desde Washington y por ende, que
es allí donde tiene que comenzar el verdadero cambio, al mismo tiempo, que
silencian y escamotean el perfeccionamiento y modernización del modelo cubano,
que incluye obviamente al sector privado, que EE.UU. desea engatusar para
escamotearlo al espectro de la nación.
3. La supuesta violación de los
derechos humanos, el más redituable pretexto de las guerras sucias. Entre
lo dicho, apareció el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, anticipando
que, además de mantener una reunión bilateral con el presidente cubano, Raúl
Castro, Obama quiere celebrar encuentros en la isla con "miembros de la
sociedad civil, empresarios y cubanos" de a pie. Luego, en una rueda de
prensa el 18 de febrero, el asesor adjunto de seguridad nacional, Ben Rhodes,
fue más explícito y dijo que el presidente se reunirá con "disidentes,
miembros de la sociedad civil y aquellos que se oponen a la política de los
Castro".
Si los medios no
"matizaran" o "equilibraran" como suelen decir sus huestes,
bastaría lo anunciado desde la cancillería cubana por medio de Josefina Vidal,
para darse cuenta de que en la Isla se está negociando de buena voluntad para
construir un nuevo tipo de relación. Los observadores serenos y el pueblo
quieren creerlo.
"El mandatario estadounidense será bienvenido por el Gobierno de Cuba y su pueblo, con la hospitalidad que lo caracteriza", afirmó la negociadora cubana, apuntando que sobre derechos humanos, "Cuba está abierta a conversar con el gobierno de Estados Unidos sobre cualquier tema, incluyendo el de los derechos humanos". Dialogar, dijo, "forma parte de ese esfuerzo que estamos realizando para construir una nueva relación con Estados Unidos..."
Continuará...
"El mandatario estadounidense será bienvenido por el Gobierno de Cuba y su pueblo, con la hospitalidad que lo caracteriza", afirmó la negociadora cubana, apuntando que sobre derechos humanos, "Cuba está abierta a conversar con el gobierno de Estados Unidos sobre cualquier tema, incluyendo el de los derechos humanos". Dialogar, dijo, "forma parte de ese esfuerzo que estamos realizando para construir una nueva relación con Estados Unidos..."
Continuará...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario