Sin embargo, que se empleen a fondo en la socarronería para la política contra Cuba, es harina de otro costal. Comenzaré por Godard, el plenipotenciario del presidente Barack Obama, a propósito de la votación en la Asamblea General de la ONU sobre la resolución presentada por Cuba: “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba".
La abrumadora mayoría de la comunidad internacional exigió poner fin al asedio que desde hace más de medio siglo impone Estados Unidos, quien se quedó solo con el apoyo de Israel. Godard como en 2012, dio una disertación de proporciones grotescas cuando dijo: "Estados Unidos es un amigo profundo y permanente del pueblo cubano" y que el bloqueo lo mantienen “como una herramienta para asegurar el respeto de los derechos humanos y la libertad”.
Vaya con el “amigo” y la “defensa de los derechos humanos y la libertad”, que para sancionar al gobierno (“nuestra sanción es con el gobierno de Cuba”, dijo) ocasiona pérdidas a la economía de 11 millones de cubanos por más de 1 billón de dólares desde hace 50 años, y de 3.920 millones de dólares (2.869 millones de euros) entre abril de 2012 y abril de este último, lo que supone un incremento de un diez por ciento respecto al anterior tramo anual, siempre calculados conservadoramente, según datos oficiales.
Vale recordar que el 6 de abril de 1960, fue escrito un memorando secreto desclasificado en 1991 donde planteaban el objetivo destruir la Revolución cubana “(…) a través del desencanto y el desaliento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas (…) negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno (…)”.
Ninguna fuente del gobierno norteamericano ha dicho que no está vigente el objetivo señalado, aun frente a la condena internacional al bloqueo por 21 ocasiones. Aunque las resoluciones de la Asamblea General de la ONU no son vinculantes de acuerdo con la torcida democracia de la diplomacia internacional, no se puede ocultar el rechazo generalizado que suscita el empeño de Washington.
Pero, en este 2013 la administración Obama decidió hacer malabares con su “carta más poderosa”, que es la "disidencia" que llevan décadas tratando de organizar a pesar de los pugilatos por los enjundiosos fondos que entrega la potencia extranjera para sus asalariados.
Joe Biden, agasajó a Berta Soler la jefa de las mujeres organizadas y financiadas por su gobierno. Samantha Power y Roberta Jacobson, a Yoani Sánchez, la blogomercenaria más rica del mundo, que ahora es "líder de mujeres". Se sabe que pidieron continuar el bloqueo y denunciaron una supuesta represión y “violaciones de los derechos humanos, falta de libertades y libertad de expresión”.
A ello se suma que tres sujetos, entre los que está Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, protegido de los terroristas miamenses y el expresidente colombiano Állvaro Uribe, que dicen representar a los cubanos se han ido en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH )de la Organización de Estados Americanos (OEA), para solicitar que “continúe presionando por los derechos humanos de la oposición en Cuba”, informó la agencia Efe.
Todo coincidiendo, precisamente, con la Asamblea General de la ONU donde se discutió la violación masiva y el acto de genocidio que representa el bloqueo de Estados Unidos, que se sabía como una derrota anunciada para Estados Unidos . Obviamente, no es una casualidad de los altos funcionarios del gobierno estadounidense tales poses publicitarias.
No son necesarias disquisiciones teóricas para comprender las socarronerías de Washington que no tolera en Cuba, y esta es la esencia, un gobierno con amplio consenso nacional, apostando por la independencia. Y, mucho menos para entender las razones de aquellos que como malinches de baja categoría, patriotas alquilados, sirven al amo que castiga a su propio pueblo.
O sea, que la novedad ante el rechazo internacional al bloqueo este 2013 es que funcionarios de alto rango en la Administración Obama, que ni son ingenuos ni incapaces, se han empeñado en una operación de relaciones públicas, empleando a la disidencia que han construido trabajosamente como otra arista más de la agresión.
Pero, estos empleados, ya que viven de los pagos de una potencia extranjera y de su presidente, que por ley norteamericana puede subvencionarles, son los amigos que Washington tiene en Cuba y que además, están de acuerdo con que emplee el asedio contra sus compatriotas en nombre de los derechos humanos.
Tan bribones y arteros como el amo son los sirvientes, pero ya se sabe que no ha terminado la partida y “a cada cerdo le llega su San Martín”, que es frente al pueblo de Cuba.
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