Siempre algo nuevo, Fidel Castro.


Norelys Morales Aguilera (Especial para Cubahora.cu)


Después de su Mensaje este sábado 7 de agosto ante el parlamento cubano, podría pensarse que Fidel Castro poco más añadiría a su argumentación respecto a una posible guerra nuclear y lo evitable o no de la misma.


Sin embargo, en la entrevista concedida a los periodistas venezolanos Vanessa Davis, Andrés Izarra, Walter Martínez y Mario Silva transmitida por Telesur, Venezolana de Televisión y la Televisión Cubana, Fidel amplía sus planteamientos a todos los límites humanamente posibles. Ve más allá. Se le adivina o mejor, se le siente. Hay una audacia incontrastable.


Ya ha resumido varios artículos e intervenciones en tres preguntas de una lógica absoluta:


1. ¿cree alguien que el poderoso imperio retrocedería en la demanda de que los mercantes iraníes sean inspeccionados?;

2. ¿cree alguien que a los iraníes –un pueblo de milenaria cultura, más relacionado con la muerte que nosotros--, le faltará el valor que hemos tenido nosotros para resistir las exigencias de Estados Unidos?;

3. ¿tienen alguna solución para esta contradicción?


Aún así, Fidel se declara optimista: “Soy optimista. Un hombre tiene que tomar la decisión, y ese hombre no es un Nixon, que era cínico. No es un ignorante terrible, como lo era Reagan. No es un imbécil loco como el señor Bush. No era un hipócrita como este caballero… Yo podría citarlos a casi todos. Desde luego no es un Roosevelt, ni un Carter, dos hombres muy diferentes.”


Su optimismo nace de la comprensión del peligro y su solución: “Sí, antes era más pesimista. Seguí pensando y vi la posibilidad de que se salvara la paz, y se evitara la guerra nuclear. Que es lo importante. Tú puedes salvar la guerra nuclear hoy y dentro de un mes volver al peligro de guerra. Pero, me dije, ¿cuáles son los mecanismos mediante los cuales se desata esta guerra nuclear? Entonces es cuando comprendí que tiene que pasar por la decisión de Obama.”


Añade: “Lo que él decida será. Nadie puede apretar el gatillo por su cuenta. Él es el que tiene el dedo en el gatillo por una vez. Entonces, él tiene que pensar, porque no es un asesino, ni mucho menos.”


Luego, la dialéctica: “¿Cuales son las armas ahora para hacer Revolución? Divulgar la realidad de lo que va a ocurrir. Ustedes tienen armas nucleares ideológicas (la comunicación con el mundo), y si ganan esta batalla habrán derrotado al régimen y no hará falta Revoluciones.


¿Qué te parece?


Confío en la transmisión de una idea, porque ayudará a que nuestro hombre (Obama) no se equivoque. El poder de la comunicación estuvo en manos del Imperio, y abusó y abusó. Por todos los medios han fabricado el poder que tienen y pretendían conservarlo, pero no pudieron. Así que tienen que resignarse ahora.”


Entonces nacerán las nuevas relaciones económicas. Queda un diálogo esperanzador entre los periodistas y el estadista que sabe lo que dice, siendo el único protagonista vivo de los dramáticos sucesos de la Crisis de Octubre, cuando el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear en 1962:


Fidel: No puede ser capitalista, porque no vamos a reconstruir otra vez lo mismo ahora, con todos los conocimientos de que se dispone.


Yo digo: no podemos reconstruir lo mismo, yo no podría decirte cómo lo van a hacer. Entre todos tenemos que hacerlo, pero esta es una Humanidad que sabe leer y escribir y que tiene no se sabe cuántos científicos, de modo que no se destruya todo eso, sino lograr que eso se preserve. Es de esperar que logremos…que las inteligencias trabajen. Si han trabajado para provocar la autodestrucción, la desgracia, la infelicidad, yo aquí mismo (revisa papeles), escribí que en el documental “50 años después de Hiroshima” se ven los cadáveres calcinados y casi transparentes de los niños que perecieron en los vientres de las madres, son imágenes horribles, ¿vamos a reproducir eso? Es imposible que la inteligencia del hombre se dedique a eso. No pueden sencillamente.


Mario: Ya el capitalismo no es viable…ni siquiera como arma…


Fidel: Pertenece a la prehistoria. Resulta que Marx tenía toda la razón.


Vanessa: Pero el socialismo pertenece a la prehistoria también, dicen sus adversarios…


Fidel: No. Es lo único… ¿Qué es socialismo? Es una pregunta que tenemos que hacernos.


Vanessa: ¿Qué es el socialismo para usted ahora, Siglo XXI?


Fidel: ¿Para mi? El comunismo, lo que el propio Marx definió como comunista, como el comunismo, de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades. Claro, que estarán por definirse cuáles son las necesidades, no es la de un avión ni un barco para andar por el mundo pescando y gastando todo el combustible…


A una pregunta sobre las nuevas ideas de esta época, Fidel no vacila: “La primera es evitar la guerra, las demás están por elaborar…cómo va ser la sociedad, cómo se van a administrar los bienes y servicios, cómo se va a desarrollar la energía renovable …”


Sin duda el punto para partir hacia algo nuevo, al futuro, a otro tiempo, posible y alcanzable, desde la visión del visionario, que no tenía por destino descansar al final de su vida, parafraseando sus propias palabras.

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