Cifras del presupuesto norteamericano para crear en Cuba una oposición.


Desde que George W. Bush asumió la presidencia de los Estados Unidos en el 2001, el presupuesto para crear en Cuba una oposición social, aliada a los intereses de Miami y de la Casa Blanca, subió astronómicamente: de 3,5 millones de dólares en el 2000 a 45 millones bajo el Presidente Bush en el 2008. Bush creó en el 2003 una Comisión para “la asistencia de una Cuba democrática”.

Esta comisión emitió un documento de más de 400 páginas en el que propone “identificar medios adecuados para poner fin rápidamente al régimen cubano y organizar la transición”. La política del Presidente Barack Obama sigue el patrón de esa Comisión y del presupuesto creado por recomendación de la Comisión: “llevar a cabo medidas dirigidas al entrenamiento, desarrollo y fortalecimiento de la oposición y la sociedad civil cubana”.


El Departamento de Estado de los EEUU liberará en este año 2010, 20 millones de dólares para la subversión, argumentando que había reestructurado el programa de manera que los fondos llegarían clandestinamente a ciertos cubanos en la isla y, no a ciertos otros en Miami.

Sin embargo, el Senador Kerry no está muy convencido, y ha paralizado temporalmente el proyecto para poder estudiarlo. La congelación que ha impuesto Kerry es pragmática y no filosófica. Es decir, no le preocupa la subversión. Quiere estudiar su eficacia. El arresto en Cuba de un contratista estadounidense llamado Alan P. Gross, enviado por Washington, ilustra que el proyecto del Departamento de Estado pone en peligro a los agentes que han sido contratados para realizar ese trabajo clandestinamente en Cuba.

La fiscalía cubana estudia los cargos que presentará contra el contratista. Para defenderse de la subversión millonaria originada en Washington, Cuba dispone de su legislación.


Quizás por eso, el Departamento de Estado y USAID se rehúsan a identificar los destinatarios en Cuba del dinero de Washington, y distribuyen los fondos clandestinamente.


Así se establecen las partidas monetarias:

  • $750,000 para promover los derechos humanos y la democracia en Cuba
  • $250,000 para ayudar a los familiares de los supuestos presos políticos (por ejemplo, a las llamadas damas de blanco y las recientemente creadas damas de apoyo)
  • $500,000 para los que luchan para liberar a los supuestos presos políticos
  • $16 millones para brindarle alta tecnología a ciertos grupos afines a los intereses de Washington que el informe caracteriza como la oposición.
  • $900,000 para Freedom House. Una organización que por 10 años fue dirigida por Frank Calzón. El dinero sería para fortalecer a los líderes de la supuesta oposición: artistas, músicos y bloggers. Con un cínico énfasis en los afrocubanos
  • $400,000 para el Institute for Sustainable Communities. Para tratar de “identificar a los nuevos líderes de la comunidad cubana” y ayudarlos en su campaña publicitaria y política. O sea, casi medio millón de dólares para que Washington identifique a los nuevo líderes a quienes les repartirán la plata.
  • $200,000 para fortalecer supuestamente a las redes de apoyo que Washington ha creado en Cuba. Proveer equipos y entrenamiento para ellas.
  • $2,600,000 para Development Associates Inc. Con el propósito de ampliar la red de apoyo cubana que Washington ha creado y promover el mensaje de Miami hacia Cuba.
  • $2,000,000 para apoyar grupos afines a Washington en Cuba, especialmente ciertas mujeres y afrocubanos, para promover la iniciativa individual económica (es decir, el capitalismo).
  • $2,5000 para Creative Associates. Una organización que está activa clandestinamente ampliando la red social para buscar apoyo hacia un cambio político en la isla, utilizando especialmente el desarrollo de la “iniciativa individual económica de las mujeres y los afrocubanos”.
  • $2,900,000 para promover, bajo la tutela del Departamento de Estado, la libre expresión en la isla: especialmente entre ciertos artistas, músicos, escritores, periodistas y bloggers.
  • $500,000 para que individuos vinculados a grupos religiosos o espirituales defiendan su derecho para la libertad de religión.
  • $500,000 para promover una determinada política laboral en la isla y generar “presión internacional contra el gobierno cubano para que reforme sus leyes laborales”.
  • $350,000 para ejercer influencia sobre ciertos grupos de la sociedad civil cubana, “especialmente a las mujeres que suelen ser explotadas sexualmente”.
  • $500,000 para las ONGs y otras organizaciones vinculadas a Washington.
  • $1,150,000 para adiestrar a ciertas organizaciones, incluyendo periodistas y bloggers en Cuba para utilizar las nuevas tecnologías comunicacionales.
  • $2,500,000 para administrar los programas de este presupuesto.

Todo esto bajo la tutela de un Washington que se ha destacado en las últimas décadas por sus esfuerzos para desestabilizar, invadir y reprimir en cada continente del planeta.


En particular contra Cuba: Girón, Operación Mangosta, JM Wave (el enclave terrorista más poderoso que haya existido en suelo estadounidense) y la campaña de terror contra Cuba por los últimos 50 años a través del uso de asesinos como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch. Una guerra terrorista e inmoral contra la Isla que se ha multiplicado como un virus mundialmente hasta encontrar su moderna manifestación en la voladura de las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001.


Cuba es un país bloqueado, sitiado y atacado por los Estados Unidos. Es así, porque Washington no tolera que la isla sea gobernada fuera del ámbito de la tutela estadounidense. Ha sido de este modo por más de 50 años.


Los supuestos presos políticos están condenados, después de haber sido procesados, por estar al servicio de un país enemigo que tiene como meta la destrucción de la Revolución cubana. Igual que el contratista Alan P. Gross, trabajan en Cuba bajo la dirección y el control de Washington. La mejor manera de lograr su liberación es que los Estados Unidos renuncien a la guerra contra Cuba, levanten el bloqueo, establezcan relaciones, extraditen a Posada Carriles y liberen a los Cinco que mantienen presos en los Estados Unidos desde hace casi 12 años. Ver La guerra contra Cuba: Nuevos presupuestos y la misma premisa, José Pertierra en Cubadebate



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1 comentario:

Jorge dijo...

Es una verdadera lástima que malgasten así su dinero, cuando las calles se llenan cada día mas de pobres necesitados de comida techo y atención a la salud. Nosotros seguimos adelante y todo eso que hacen solo fortalece aún mas nuestra Revolución. Esos millones que invierten en la Radio Martí, podrían usarlos en la atención a los dagnificados del huracán Katrina, que todavía hoy después de tanto tiempo del suceso, están viviendo sin techo, y sin alimentación prácticamente, la mafia ha logrado influenciar de tal manera que ya es una orden o Ley el hecho de asignar un parte del presupuesto nacional para la subverción y la guerra mediática contra Cuba.

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