Planificación semiótica: una urgencia revolucionaria

Nota editorial de Norelys Morales Aguilera: En tiempos donde la disputa por el sentido atraviesa los medios, las redes y las conciencias, el doctor Fernando Buen Abad propone una herramienta estratégica: la planificación semiótica. No como teoría lejana, sino como práctica militante, colectiva y científica para defender el relato emancipador frente a las deformaciones del poder hegemónico. Este texto es una invitación a pensar —y actuar— desde la comunicación revolucionaria organizada, con la mirada puesta en los desafíos del presente y del futuro. Muy interesante la propuesta para tratar los Cien Años con Fidel.


Fernando Buen Abad.- Si ya sabemos que, en plazos futuros cortos y largos, enfrentaremos una guerra de disputas por el sentido, no es mala idea preguntarnos qué tan preparados estamos para tales batallas, en el fondo y en la forma. Como parte de las fuerzas productivas, los medios, los modos y las relaciones de producción de sentido, han sido también instrumentos de planificación cooptados por los poderes hegemónicos. El santoral es un ejemplo acabado. Y su fuerza es tan decisiva que se la ha secuestrado y alejado de cualquier posibilidad emancipadora. Como ocurre, en general, con cualquier riqueza.

No obstante, toda lucha revolucionaria sabe que sus bastiones simbólicos y sus herramientas comunicacionales multiplican potencia cuando se planifica y se perfecciona la revolución de las conciencias. Tenemos efemérides, aniversarios, memorias, conmemoraciones o celebraciones, atadas rigurosamente a calendarios con naturaleza política, académica, cívica e incluso religiosa que encuentran en la cronología su rigor de agenda, pero que deben encontrar, en el contexto histórico, su rigor semántico, sintáctico y pragmático renovados.

No es lo mismo rememorar la llegada de Cristóbal Colón, en cualquier año, que en el momento en que el imperio yanqui, con Trump como reyezuelo (12/10/2025), desplaza barcos y submarinos al Caribe amenazando de muerte a Venezuela. La disputa por el sentido exige tomar posiciones y cuanto más temprano mejor.

Aunque algún refranero diga: “no por mucho madrugar amanece más temprano”, cierto sentido común y muchas experiencias ayudan a entender que contra la “Guerra Cognitiva” o “Batalla Cultural” burguesas, conviene prever y adelantar tácticas y estrategias de sentido, revisarlas y corregirlas con antelación suficiente, para no ser víctimas de sorpresas con facturas ajenas ni de improvisaciones fallidas nuestras. Que ellos no le pongan nombre a nuestras memorias, que no nos quedemos sin disputar el sentido de la realidad y de la verdad. El mapa de las asimetrías es desafiante.

En el año 2026, por ejemplo, celebraremos los 100 años con Fidel, en un contexto histórico especialmente intoxicado por la degradación neonazifascista del capitalismo. Eso obliga a convertir la conmemoración en una batalla semiótica sin cuartel contra las falacias que ya prepara la derecha —y sus ultraderechas—, pero exige abrir, en todos sus brillos y detalles, la obra humanista de Fidel con el abanico extraordinario de sus batallas y aportes revolucionarios en los ámbitos más diversos que su pueblo mandató.

Estos 100 años con Fidel inyectan significación y fortalezas nuevas a los logros en el campo de las ciencias, como en el campo de las diplomacias en África, en Vietnam o ahí donde médicos, profesores o académicos cubanos hacen profesión de generosidad solidaria. Y también preñan de sentido nuevo la fuerza incalculable de la dignidad que alcanza la resistencia revolucionaria de Cuba contra el bloqueo criminal del imperialismo yanqui.

Un arsenal de munición semiótica debe desplegarse mundialmente, día por día, semana por semana, mes por mes… a mañana, tarde y noche, rumbo a todos los destinos de las geografías y desde ellos hacia el epicentro de la revolución que celebra 100 años de uno de sus hijos más preclaros y queridos. Cine, vídeo, audio, gráfica, redes sociales desplegando batallones de sentido para renovar el existente y devolverle juventud y posición entre lo nuevo-mejor para la humanidad a pesar de los agobios imperiales.

Evitar el “culto a la personalidad” para destacar, con claridad meridiana, la personalidad cultora y modelizante de la lucha revolucionaria y socialista. En cada uno de los temas de las efemérides: por ejemplo, 100 años con Fidel el día de la Agricultura, el de la Infancia o el de la Educación… y viceversa. Todos los frentes de lucha vistos y resignificados con la luz de un centenario de batallas que no debe pasar inadvertido o recordado burocráticamente.

¿Podremos? Semejante despliegue, objetivo y subjetivo, no es tarea sólo de los revolucionarios cubanos. Sería injusto añadir tal carga a las miles que ya sostienen. Es de rigor histórico asumir la cooperación comunicacional internacionalista con Cuba sobre bases éticas muy rigurosas y siempre bajo su dirección. Eludir y combatir todo arribismo u oportunismo para privilegiar las tareas organizadas, eficaces y eficientes. Ya hemos sufrido los estragos ocasionados por aquellos que se auto-celebran héroes cuando sólo han hecho nada.

En rigor, la planificación semiótica es una disciplina científica que reclama estudios meticulosos sobre los escenarios, sus antecedentes, situación actual y perspectivas. Conocimiento riguroso de los vectores ideológicos predominantes en lucha y la trama de las relaciones y contradicciones entre teoría y práctica.

Entrenamiento especializado en medios, modos y relaciones de producción de sentido y una probada experiencia territorial conociendo la agenda de las luchas sociales “de primera mano”. No se despliega la planificación semiótica desde el escritorio de los “genios” sino desde el consenso con los interlocutores. No se planifica linealmente ni sólo cuantitativamente. Es indispensable la interdisciplina, la multidisciplina y la transdisciplina en tiempo real y con visión de 360 grados.

Es indispensable el trabajo de cualificar las casuísticas y desarrollar la crítica de la cultura sobre casos concretos y de referencia. Y siempre a la vista de todos, hasta transparentar el financiamiento de la planificación y sus soportes teórico-metodológicos, fundamentalmente Marx.

Hay que garantizar y proteger el carácter colaborativo de la planificación simbólica porque ni una sola de sus materias primas es de propiedad individual o privada. Ya hemos padecido muchas canalladas y traiciones simbólicas perpetradas por la delincuencia narrativa organizada y sus burguesías mediáticas. Hemos terminado siendo espectadores de nuestra propia historia falsificada y obligados a aplaudir las maromas mendaces de los mentirosos asalariados. Ya basta.

Esta vez no hay excusa ni escapatoria. Hay tiempo suficiente para organizarnos, estudiar las tareas mundiales planificadas por el pueblo cubano y su dirección política, que siguen produciendo lo nuevo y lo humano en Cuba a pesar de las vejaciones, los insultos, las agresiones y las humillaciones del bloqueo criminal.

Lo que nos duele a todos, pero que no nos inmoviliza. Por eso es imprescindible planificar el relato mundial revolucionario, su vigencia y su potencial en las cabezas y en los corazones, en los hechos y en los proyectos, en el abrazo de los pueblos desde sus raíces simbólicas más hondas y en pie de lucha.

Fuente: https://www.lanuevarepublica.online/2780311_planificacion-semiotica-fernando-buen-abad

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