¿Qué puede esperar Cuba y Latinoamérica de la Administración Trump?

Con la próxima llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, destacan en su equipo de gobierno personajes “pintorescos”, varios de ellos socios cercanos como Elon Musk, otros muy alejados de ser políticos y alguno que otro cargo otorgado como pago de favores. Sin embargo, destaca la elección de Marco Rubio para dirigir la política exterior en el Departamento de Estado, un archiconocido politiquero de lo que el propio Trump llama “el pantano de Washington”.

Los EE.UU se encuentran en medio de una crisis sistémica a punto de estallar, con una proyección internacional en declive en varios escenarios a nivel global marcada principalmente por la pérdida de influencia frente a otros actores como China y los BRICS.

“El caos y la anarquía se han apoderado de las fronteras de ese país, es hora de restablecer el orden” ha dicho en más de una ocasión Trump, refiriéndose varias veces en su campaña electoral a la situación de la migración, amenazando con cacería de migrantes, campos de detenciones y deportaciones masivas, todo lo cual podría significar que Latinoamerica será una de las prioridades en su política exterior, el imperio estaría intentando recuperar lo que considera su área de influencia, su “patio trasero”, volviendo a alimentar con fuerza la Doctrina Monroe y para ello Marco Rubio es el elegido.

Rubio, es un reconocido cabildero de la mafia anticubana de Miami, señalado por sus constantes ataques contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, artífice desde el Congreso de la políticas de asfixia económica desatadas en el anterior gobierno de Donald Trump contra estas naciones, destacando 243 sanciones aplicadas contra Cuba y 765 contra Venezuela.

Para redondear el nuevo “coro de Monroe”, el peluquín electo estaría designando como enviado especial del Departamento de Estado para América Latina, al también anticubano Mauricio Claver-Carone, de quien dijo: “Mauricio conoce la región y sabe cómo anteponer los intereses de EE.UU”.

Claver-Carone, es recordado por convertirse en el primer no latinoamericano  nominado por el propio Trump (en su anterior mandato) en dirigir el “Banco Interamericano de Desarrollo”, pero que luego fuera destituido tras una investigación ética.

¿Cuáles serían los blancos de ataque de Marco Rubio contra Cuba?

Un eje principal de la política anticubana de Rubio son las remesas, una de las principales vías de ingresos de divisas no solo para Cuba, sino también para la mayoría de los países latinoamericanos. Repitiendo el gastado argumento de que esas remesas irían a parar a manos del gobierno cubano, cuando en realidad van hacia los cubanos dentro de la isla, independientemente de su orientación político-ideológica.

Y aunque gran parte del mercado de las remesas en Cuba fluye a través de privados, buscará interrumpir todas las remesas por canales oficiales, caso en cual se vería afectada la propia Western Union, lo que violaría las propias leyes estadounidenses, ya que un miembro del Gobierno estaría afectando a las empresas locales de EE.UU.

Del mismo modo intentará prohibir todas la categorías de viajes a Cuba, lo cual igualmente viola las leyes estadounidenses restringiendo la libertad de movimiento de sus ciudadanos, algo que no obstante, ocurre desde hace mucho tiempo teniendo en cuenta que un estadounidense no puede hacer turismo libremente en la isla, solo pudiendo viajar si califica en una de las 12 categorías antes mencionadas, bajo ciertas condiciones y restricciones que impone el Departamento de Estado.

Esta prohibición violaría los derechos muchas instituciones históricas en Estados Unidos, por ejemplo, la colaboración entre instituciones científicas cubanas y de los Estados Unidos, como el Hospital Roswell Park Comprehensive Cancer Center y Centro de Inmunología Molecular de Cuba, que el año pasado crearon la empresa mixta Innovative Immunotherapy Alliance SA.

Se violarían los derechos de instituciones religiosas como la Iglesia Evangélica Luterana de América y los Ministerios Globales de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), que tienen proyectos con Cuba y son contrarias al BLOQUEO.

Además pretende elevar a ley la presencia de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo de modo que ninguna administración futura la pueda modificar, y únicamente tendría el Congreso la capacidad para modificar este dictamen.

Un proyecto de ley que ya fue redactado y presentado por la senadora anticubana María Elvira Salazar en enero de 2021. Aunque las implicaciones de esta acción afectarían la legitimidad internacional de EE.UU, pues se estaría marcando como terrorista a un país para siempre y se estaría definiendo una posición política que los mismos electores estadounidenses no podría cambiar con su votos; ellos conocen los devastadores efectos que tiene sobre Cuba la aplicación de esta espuria designación, principalmente contra la industria turística y la atracción de inversiones extranjeras.

Otro elemento importante es el bloqueo de toda migración legal desde la isla. Lo cual implica un ataque directo a los lazos entre las familias cubanas en ambos países, es decir, atacar los programas de reunificación familiar, las visitas familiares y todo lo que en materia migratoria existe actualmente.

Es importante remarcar que esto afectaría a todas las familias cubanas, independientemente de su fe, ideología o posición política, echando aun más presión hacia una potencial migración ilegal.

No obstante, el próximo punto de la agenda sería la deportación masiva de cientos de miles de cubanos a destinos inciertos. Según medios estadounidenses, más de 42.000 cubanos tienen órdenes finales de deportación en Estados Unidos que Cuba se niega a aceptar de regreso y otros 300.000 correrían riesgo de ser deportados y el mismo Marco Rubio reconoce que sería imposible enviarlos a la isla.

Aunque el costo político es extremadamente alto, en La Florida se debate el asunto y la posibilidad de encontrar un país prestatario que reciba a miles de cubanos deportados, estarían enviando miles de cubanos a diferentes lugares del mundo, una forma muy sugerente de “unir a la familia cubana” de la cual dicen ellos estar muy preocupados y ocupados.

Como colofón en la nueva estrategia de presión total, estaría la promoción de nuevas sanciones económicas y de persecución financiera contra la isla, para buscar generar un estallido social que sería apuntalado con una campaña de desinformación y tergiversaciones.

No hay dudas que la presencia de Marco Rubio en el futuro gabinete de Donald Trump es un factor significativo en una futura política agresiva de cara a Latinoamericana y en especial contra Cuba, sin embargo, al mismo tiempo es un elemento disruptivo que podría al contrario de lograr un efecto control (derrocando “gobiernos incómodos”), generar una región mucho más inmanejable para Washington.

Aunque no pocas variables indican que la estancia de este mafioso de la politiquería manejando los hilos del poder en Washington podría no ser muy larga, estamos seguros que el pueblo cubano y los pueblos de Nuestra América estarán a la altura y sabrán responder.

Tomado de https://micubaporsiempre.wordpress.com/2025/01/08/que-puede-esperar-cuba-y-latinoamerica-de-la-administracion-trump/

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