Dolor cubano [+ podcast]

 
Cuba holística. Saludos, soy Norelys morales aguilera, poeta y periodista cubana. En este podcast, Cuba Holística, le hablo de Cuba. Aquí donde la verdad es premisa y sustancia. Hoy hago una crónica del alma: 

DOLOR CUBANO

 Entre las seis y las siete de la mañana de este 19 de agosto, las puertas de la ciudad de Matanzas y sus alrededores se iban cerrando una a una o al unísono. Caminaban los vecinos hacia el centro de la ciudad, en la plaza de La Vigía donde se encuentra enclavado el Museo de los Bomberos. Conversaciones intrascendentes como para conjurar la angustia y la rareza de la voz baja de los cubanos en señal de respecto. 

 Allí en el Museo las urnas cinerarias lazando su dolor al aire compartido de una ciudad que de pronto fue una nación toda. Flores del General líder y del Presidente de la República, de diputados, de familiares y del pueblo cubano. Guardia de honor rotándose cada 15 minutos. 

 Los primeros en llegar al sito sagrado fueron los hombres y mujeres del cuerpo de bomberos. Rodilla en tierra ante los caídos, catorce cuyos cuerpos aparecieron en fracciones no identificables, pues se estima que el calor producido por las llamas en el combustible de la base de supertanqueros de la bahía matancera, superó los mil grados centígrados. Así lo hicieron saber los peritos entre el dolor y el profesionalismo. 

 Arrodillados los bomberos, que en todas partes llevan la valentía y el altruismo; unos rezaban, otros dejaban correr sus lágrimas, hasta luego ponerse de pie, y marcharse fuera del recinto, firmes y desgarrados. 

 A continuación desfilaron miles y miles, ante familiares, urnas y fotos. Hombres y mujeres enjugaban lágrimas, o ponían su mano en el corazón, o se persignaban o vestidos de civil hacían un saludo marcial con infinidad de flores en las manos. 

Después la caminata luctuosa hasta el cementerio de la ciudad. Al paso las aceras concurridas desbordaban silencio y el mismo dolor que aquellos que pasaron frente a las urnas cinerarias. Cuando entraron al camposanto los familiares con sus caídos muchos quedaron en los portones en silencio y pesarosos. 

Solo el amor supera al dolor. Solo la solidaridad irrestricta supera al dolor. Y si el miedo no es cubano, como dice Miguel Barnet, el dolor cubano, se multiplica y desemboca en los más puros afectos.






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