Hace algunos años el periodista Luis Báez entrevistó a Luis Ortega Sierra uno de los más importantes periodistas de la vida republicana en Cuba quien murió en Miami en 2011 a la edad de 94 años.
Les presentamos algunos fragmentos de la extensa entrevista donde expuso algunos criterios que desenmascaran el engendro yanqui del “exilio” y los famosos “opositores políticos” que no han podido destruir ni podrán destruir la Revolución Cubana porque les han faltado argumentos, razones, moral, inteligencia y valentía.
Jamás el odio, el egoísmo, la avaricia, la frustración y el servilismo podrán vencer la fuerza de la verdad y de las ideas que el pueblo cubano tiene como bandera...
“El exilio cubano ha sido inventado, financiado, protegido y utilizado por Estados Undidos, incluso en las campañas políticas presidenciales, debido al caudal de votos que han llegado a tener los cubanos, quienes, en gran mayoría, ya son ciudadanos americanos”.
“Y no se puede tener la menor duda de que miles de cubanos han asimilado muy bien la sutil propaganda que están recibiendo desde hace años y se sienten como patriotas que viven en un destierro similar al de los cubanos del siglo pasado”.
“Los llamados "dirigentes del exilio" en el 2000 son individuos de un nivel intelectual y político muy bajo; ha ocurrido un serio proceso de degradación.
Sin embargo, ellos, con el apoyo americano, insisten en que "el exilio tiene que formar parte de cualquier solución política".
“Hablan constantemente de que sin ellos no es posible llegar a un clima de paz en Cuba y eso es falso. La mayor parte de estos dirigentes son ciudadanos americanos que se han enriquecido durante el proceso y ni siquiera están capacitados desde el punto de vista intelectual para participar en un Gobierno en Cuba”.
“El exilio es una cosa muy seria. El verdadero desterrado es el que sale de su patria porque es perseguido y porque sus ideas políticas ponen en peligro su vida y la de su familia; es quien sabe que no tiene más vida que la que podría recuperar con el regreso”.
“Salvo una minoría, sobre todo la que arrancó al principio cuando mucha gente no aceptó los cambios que impuso la Revolución, salvo esa minoría, el resto de esto que llaman "exilio" es una burda emigración de tipo económico y político”.
“Digo político porque hay un sector de la población cubana -y siempre lo hubo- que, instintivamente, estuvo agazapado en el anhelo de trasladase al Norte.
Lo que los retenía en la Isla era la imposibilidad de emigrar”.
“No hay tal exilio. Hace muchos años que los cubanos están viviendo una verdadera comedia política. Han convertido la palabra en un sitio.
"Aquí en el exilio", dicen, como si se tratara de un punto geográfico. No hay tal. El exilio, el destierro, es una tragedia. Es la muerte que se lleva por dentro.
Es la pérdida de los hijos que les nacen híbridos y llegan a despreciar a los padres que viven en el pasado”.
“Es la pérdida de la lengua, que es la sangre que vivifica el alma. Lo más trágico que le puede ocurrir a un hombre es quedarse sin lengua y sentir que la están destrozando en las calles”.
“La documentación que existe a estas alturas sobre la conducta de los cubanos a lo largo del proceso del exilio es abrumadora y revela un grado alarmante de entreguismo a los intereses americanos”.
“Por primera vez en la historia política de Cuba ha sido imposible integrar una oposición legítima al Gobierno de Castro ajena a las presiones de Washington”.
“Los esfuerzos que se han hecho, algunos muy estimables, han degenerado siempre en el servilismo. Esta es la razón principal que explica la esterilidad de los grupos de supuestos exiliados”.
“En su mayoría son simples emigrantes económicos que se disfrazan de exiliados y asumen el repertorio de ideas que desde el principio fue suministrado por los agentes de Washington.
Ese repertorio, por supuesto, ha sido siempre de extrema derecha”.
“La tierra del asilo no es la libertad. La libertad ha quedado atrás, es su pasado.
Nadie es libre fuera de su tierra. La tierra que lo acoge es fea y dura, sobre todo si es tierra de otra lengua difícil.
Por eso decía Martí que "nunca son más bellas las playas del destierro que cuando se les dice adiós".
No son bellas cuando se llega a ellas. Lo son cuando las abandonamos”
Tomado del Grupo Realidad Cubana de Facebook
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