Kari Krenn.- Los espejos siempre han resultado enigmáticos a lo largo de la historia. Un físico nos explicaría sobre el tema de la reflexión de la luz, tratando que “reflexionáramos” para entenderlo…
La literatura nos contaría de una reina malvada y la pobre Blancanieves; o de una Alicia en el país de las maravillas, traspasándolo como puerta para otras dimensiones.
La mitología nos describiría a un ególatra bello y petulante, Narciso, enamorado de su propia imagen.
O tal vez escucháramos la leyenda de Arquímedes quien, se dice que desde las murallas de Siracusa, con los espejos reflejando el sol, quemó los barcos romanos.
Cuestión que mucho se ha dicho y llegamos a la conclusión de que un espejo es la simple devolución del propio semblante.
Algunos sufren de catoptrofobia y su aversión no les permite mirarse… y asumirse.
Solo ven delirios y espejismos…
¡Miren sino el ejemplo de los enemigos de Cuba!
Manipulan el poder de la comunicación, creando falsas narrativas acomodadas a sus espurias conveniencias.
En su falsa omnipotencia, la viralidad les hace creer que pueden controlar las situaciones más lejanas, con esa urgencia por crear información digital ruidosa, transformando a los seres humanos a los cuales pretende vigilar y oprimir…
En su mundo hedonista, la redención de sus propias frustraciones, la obtienen vomitando su veneno; haciendo de lo banal una religión; transgrediendo hacia lo asqueroso y hacia el ensuciamiento mediático, con una urgencia de destrucción increíble…
Frente a esos disgregados de la ética, muchos de nosotros nos paramos en este ambiente digital, tomando conciencia del uso de los medios; revolucionando la comunicación; batallando a esa estética de la negatividad que los odiadores portan como estandarte; transmitiendo respeto, vivencias que estremecen, amor del bueno y que se palpa auténtico.
Según Aristóteles, el hombre libre es alguien que es independiente de las precariedades de la vida y de sus imperativos.
Dejemos que estos esclavos del capital sigan reflejando sus miserias, que se autodefinan a si mismos en cada ataque: cuando piden bombas, invasión, más medidas restrictivas, cuando vociferan, insultan, pergeñan, agravian… que pasará el tiempo y apenas estos estropajos de piso no sean de utilidad, irán al fondo de la historia.
Así pues, sabemos que, en la pulidez del espejo, cada cual refleja lo poco que tiene y lo mucho que le falta...
Tomado de Facebook
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