Toda la palabrería de "pacifismo", "civismo" y "bien nacional" saltan por los aires cuando se revisa la intensa campaña de los medios de La Florida, la red creada de medios de la contrarrevolución subvencionada por Washington, los ataques de odio en redes sociales y las declaraciones y contactos de su embajada en La Habana y los funcionarios de la administración de Joe Biden.
Vale recordar lo que afirmara Fidel Castro y que es una verdad rotunda:
"La única esperanza de la contrarrevolución para conquistar el poder, cómo sabe que no tiene el menor chance de conquistarlo con el pueblo, es con la ayuda extranjera"...
Los hechos lo confirman.
Una vez más la embajada de Estados Unidos en La Habana, miente. Así dicen en un tuit del 21 de octubre: "¡Los estadounidenses están ayudando a los cubanos de manera vital! El embargo SÍ permite que lleguen a Cuba bienes humanitarios y suministros médicos..." cuando se verifica todo lo contrario con el bloqueo que ellos interesadamente llaman embargo.
Con conocimiento del asunto, el canciller de la República, Bruno Rodríguez Parrilla, ha denunciado este domingo a través de su cuenta de Twitter que la Embajada de Estados Unidos "está desempeñando un papel creciente en los esfuerzos de subversión política" en la Isla. Miguel Díaz-Canel, también acusó a EE.UU. de intentar violar la soberanía nacional.
"El enemigo no cesa en su empeño de destruirnos. No nos perdona la osadía de que nuevas generaciones continúen la voluntad y el compromiso de mantener la independencia, la soberanía y la construcción del socialismo", declaró el mandatario.
El 11 de julio, mientras se desarrollaban disturbios y actos vandálicos en Cuba, la embajada USA los bendijo en su cuenta oficial de Twitter, abogando por el derecho de "reunión pacífica" del pueblo cubano. Entre tanto criticó el llamado de Díaz-Canel a defender la Revolución. Después de esto han continuado recibiendo a "activistas" y alentándolos a desobedecer el orden constitucional cubano.
Las marchas convocadas para el 15 de Noviembre, han sido declaradas inconstitucionales e ilegales por las autoridades cubanas, pero Washington insta a desobedecer el orden constitucional de la República.
El 16 de octubre el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price declaró en un comunicado que "Al negarse a permitir estas manifestaciones, el régimen cubano demuestra claramente que no está dispuesto a honrar o defender los derechos humanos y las libertades fundamentales de los cubanos".
Pero, la joya de la corona llegó el 22 de octubre cuando Estados Unidos advirtió que responderá, posiblemente con sanciones, si se "violan los derechos fundamentales" del pueblo cubano o se procesa a los promotores de la "marcha cívica opositora" convocada para el 15 de noviembre en Cuba. Así lo indicó en una entrevista con Efe Juan González, el principal asesor para Latinomérica del presidente estadounidense, Joe Biden.
¡Esa era la oportunidad de mostrar buenas intenciones por parte de los "archipiélagos" y los pacifistas tarifados!
¿Cómo entender que no habrá acciones de Estados Unidos que afecten a la población con más sanciones o algo peor? Imposible.
Los pacifistas tarifados necesitan el apoyo de Estados Unidos porque los cubanos no están dispuestos a perder su estado de derecho, y éste se los da en el interés de derrotar a la Revolución, el viejo y frustrante sueño de la mafia terrorista de Miami, los neobatistianos, la derecha internacional y los complots que se ciernen sobre un pueblo gallardo como el cubano.
Los pacifistas tarifados no se atreven a condenar ni bloqueo ni sanciones, para ello necesitarían la venia de Estados Unidos, que no está en sus planes, aunque el pacifismo preconizado vuele por los aires acabando en violencia, que aún es solapada.
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