Los asesores de Trump para ganar las elecciones en Florida, son la flor y nata, de la politiquería barata y el terrorismo. Así el encuentro del bufón con el mandatario, se debió a una gestión hecha por la oficina del congresista Mario Díaz-Balart.
La presencia de Díaz-Balart, perteneciente a una familia batistiana que luego de huir de Cuba, tras el triunfo revolucionario, se apoderó del poder político de Miami, confirma, sin lugar a dudas, la denuncia reiterada de que es la mafia anticubana de Miami quien mueve los hilos de la marioneta Otaola en Youtube.
Bien dice M.H.Lagarde: del encuentro Trump-Otaola vale destacar el momento en que este último le propuso al Presidente presentarle una lista de intelectuales y periodistas cubanos a quienes se les debe impedir la entrada a Estados Unidos por el simple hecho de no renunciar a su patria.
Que se le ocurra tal idea a un estúpido animador de odio y frivolidad en Youtube no es nada significativo, pero que el presidente de Estados Unidos la acepte y prometa trabajar en ello es algo que rememora la cacería de brujas macartista de la década de los 50, una buena muestra de la verdadera «democracia» que Trump les ofrece a sus votantes en Florida.
Llama la atención del "asesoramiento" que recibe Trump, que sigue del lado de los perdedores:
"yo he tomado una posición bien fuerte respecto a Cuba. De hecho, me dieron el reconocimiento de Bahía de Cochinos hace dos semanas, lo he recibido dos veces. Pero estoy tomando una posición bien fuerte con Cuba y Castro y todo lo que representa."
Para rematar Trump dijo:
"...yo creo que Cuba será uno de mis triunfos más grandes."
Constará en su lista de mentiras. Yo apostaría que Cuba va a ser una de las grandes derrotas de Trump, como lo está siendo a estas alturas, a pesar del ensañamiento, la hostilidad y la piratería.
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