Ser cubano/a es una elección y ellos han elegido el bando de los mal nacidos en la tierra cubana a la cual denostan con sus hijos, sin pudor.
¿Se ofenden?
¿Y, cómo vamos a querer a quienes desean vernos destruidos, insultados y desalentados?
¿Cómo estimar a quien besa la mano del amo extranjero que nos desprecia?
Pecan por migajas cuando en el cambio de mundo nacen los monstruos.
Olvidan que esas migajas de las cuales se ufanan son para usarlos y tirarlos.
Cometen apostasía y parece adecuado a los odiadores de las redes sociales articuladas desde los laboratorios de guerra psicológica.
La Patria es ara, ¡hipócritas de poca monta!
Cuba se salva por el amor y el trabajo de su gente no por la palabrería vergonzosa del arsenal de la ignominia.
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