Los abrazos y los besos se convierten en armas, y no visitar a nuestros padres y amigos se convierte en un acto de amor. De repente te das cuenta de que el poder, la belleza y el dinero no sirven de nada y no pueden aportarte el oxígeno por el cuál tú estás luchando.
El mundo continúa su vida y es precioso. Únicamente ha recluido a los humanos en jaulas. Creo que nos está enviando un mensaje: No sois necesarios. El aire, la tierra, el agua y el cielo están bien sin vosotros. Cuando volváis, recordar que sois mis huéspedes, no mis dueños".
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