Facebook cumplió la promesa y la plataforma muestra miles de anuncios, que usted puede rastrear si escribe una palabra clave en la barra de búsqueda de la biblioteca (https://bit.ly/2JTK4iU). Con un clic sale publicidad de temas sociales, elecciones y política, y se puede rastrear aquella aún activa en 33 países, aunque llueven las críticas en el corto tiempo de puesta en línea del servicio, da cuenta la periodista Rosa Miriam Elizalde en un artículo para La Jornada de México y reproducido por Cubaperiodistas.
Sin embargo, para un investigador cubano interesado en documentar la manipulación en las redes, el nuevo servicio de la trasnacional estadunidense es un tesoro de información que aporta datos empíricos y montos financieros de la guerra sucia contra Cuba a cargo del gobierno de Estados Unidos, con la complicidad del gigante tecnológico.
Cuba está bloqueada, lo que significa para Facebook que ni el ciudadano común ni las instituciones de la isla pueden acceder al administrador de anuncios de esa compañía. Se aplica la censura sobre cualquier cosa que se pueda ponderar en la isla, desde una receta de cocina hasta la vacuna contra el cáncer de pulmón, por no hablar de la defensa de su sistema político.
Pero ¡oh sorpresa!, la plataforma está inundada de anuncios contra un gobierno, el cubano, que no se puede defender, evidencia axiomática de la desigualdad en el uso y disfrute de ese poder clientelar de Facebook que ha sido objeto últimamente de tantas denuncias.
A pesar de los defectos de su algoritmo y sus sesgos políticos, quien se asome a este servicio encontrará, por ejemplo, miles de anuncios con la etiqueta Cuba, en los que nueve de cada diez son visceralmente antigubernamentales. No pocos incluyen contenido que hace referencia a características personales de forma expresa o implícita y otros con alusiones, directa o indirectamente, a cuestiones relacionadas con la raza, el origen étnico, la religión, las creencias, la edad o el nombre de una persona, entre otras particularidades que aparecen en la línea roja número uno de la política oficial de Facebook.
Es ilegal en EE.UU. de acuerdo con la Ley Torricelli de 1992, obtener ganancias con publicidad digital sobre la isla comunista, pero la rudimentaria Biblioteca de Facebook devuelve en este minuto más de 14 mil anuncios enlazados a la etiqueta Cuba, que han generado parte de los 16 mil 914 millones de dólares que facturó la compañía en 2018.
En este festín de evidencias, destacan otras dos perlas. Por cada anuncio que se muestra en EE.UU. bajo la etiqueta Argentina –un país cuya superficie es 30 veces mayor que el archipiélago cubano- hay dos de Cuba. En la publicidad pagada a Facebook por el Instituto Hoover, de la Universidad de Stanford, se puede ver ahora mismo la promoción de un libro que atiza el odio contra Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, porque son seguidores del socialismo (que) fracasó en la Unión Soviética y fracasó en Cuba.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario