Unos 2.000 millones de euros, es el monto que desembolsará Rusia para recuperar y modernizar el sector ferroviario de Cuba. El proyecto, que abarca desde la rehabilitación de vías férreas hasta el suministro de vagones y locomotoras, supondría una revolución en lo que tiene que ver con el transporte de cargas y pasajeros en la nación caribeña.
Lo dijo el vicepremier ruso Yuri Borísov tras reunirse hace unos días en Moscú con su par cubano, Ricardo Cabrisas. Entre otras cosas, el funcionario comunicó que la ejecución del plan está prevista en un plazo de 7 años.
En declaraciones a Radio Sputnik, el especialista en temas cubanos Antonio Santamaría García, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, recordó que la cooperación en materia ferroviaria entre La Habana y Moscú se sustenta sobre una serie de documentos bilaterales firmados en diciembre de 2016. Indicó, asimismo, que en 2018 "el Estado cubano ha abierto la red ferroviaria a la inversión extranjera", teniendo Rusia una posición privilegiada para hacer negocios en este y otros sectores de la economía isleña, fruto de condonar el 90% de la deuda contraída con la Unión Soviética.
De acuerdo al también académico correspondiente extranjero de la Academia de la Historia de Cuba, de los "entre 12.000-13.000 kilómetros de ferrocarril" con los que llegó a contar el país latinoamericano, "la red más densa de toda América Latina", quedan actualmente en servicio "entre 8.000 y 8.500 kilómetros".
"Lo que sucede es que desde la crisis de los años 90, con la desaparición de la Unión Soviética, dejó de renovarse tanto la infraestructura como el parque ferroviario, llegando a una situación en la cual se han deteriorado prácticamente todos los niveles de transporte", dijo el experto.
Señaló que "el número de pasajeros transportados por ferrocarril en 2016, el último dato que ofrece la Oficina de Estadísticas cubana, es de unos 7.800 mil, cifras similares a las de los años 50", al tiempo que el pico se alcanzó en 1993, "con 32.800 mil personas".
Las estadísticas del transporte de mercancías tampoco son "demasiado descollantes", lo cual tiene que ver, entre otros factores, con el desmantelamiento de centrales azucareras a raíz de la deriva de la industria, otro fruto de la caída de la URSS.
Pero la situación está cambiando, y lo está haciendo "bastante rápido". Y es que ya llegaron a Cuba 43 locomotoras rusas "de las 75 previstas hasta 2021". El último lote de 7 locomotoras y un ferrobús desembarcó en La Habana este 3 de enero. Además, el país recibió desde 2016 varios centenares de vagones, algo que se continuará.
Según Antonio Santamaría García, tanto el comercio interior como el exterior de Cuba se beneficiarían de la renovación del parque ferroviario y "de la mejora de las infraestructuras y de los servicios", abaratándose "los costes de las importaciones y de las exportaciones".
También habría un impacto positivo para los viajeros, afirmó.
De acuerdo con IPS, con la entrada en noviembre de siete locomotoras rusas, Cuba ha dado continuidad a un programa de desarrollo del transporte que apuesta a los caminos de hierro como prioridad. Las máquinas, descargadas por el puerto del Mariel, son el primer grupo de un lote de 75 contratadas a la compañía Sinara Transport Machine (STM) por la Unión de Ferrocarriles de Cuba (UFC).
“Llegaron siete de los 15 equipos adquiridos este año; para la primera quincena de enero está prevista la entrada al país de las ocho restantes”, dijo el director adjunto de la UFC, Rolando Navarro.
La compañía STM, perteneciente al Grupo Empresarial Sinara, se comprometió a suministrar 75 equipos de manera gradual hasta el año 2021. También proveerá piezas y equipamiento para modernizar el depósito de locomotoras en La Habana y participará en la reparación de las mismas. Además de las máquinas esperadas en enero, “vendrán otras 28 durante 2018”, informó Navarro.
Las locomotoras compradas esta vez, del tipo TGM 8 (), tienen un costo estimado de un millón de euros cada una y alcanzan una capacidad de arrastre de 1.600 toneladas, con velocidad promedio de 80 kilómetros por hora. Proceden de la fábrica de Liudinovo, ubicada en Kaluga, a 400 kilómetros de Moscú.
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