Según explicó la víspera el canciller cubano, Bruno Rodríguez, la delegación norteamericana presentó ocho enmiendas que buscan dilatar la votación y dificultan adoptar la resolución que pide el fin del cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington.
A diferencia de años anteriores, el proceso tomará dos días: en la sesión de este miércoles se producirá el debate en la Asamblea General acerca de la resolución presentada por Cuba, detalló el ministro de Relaciones Exteriores.
Durante esta sesión se escucharán los discursos de los grupos de países y miembros de la ONU, incluida la delegación de Estados Unidos.
En tanto, la votación sobre el proyecto de resolución que pide el fin del bloqueo se realizará mañana porque, en lugar de facilitar un acto de votación breve como es usual, el Departamento de Estado norteamericano busca alterar el proceso y analizar ocho enmiendas diferentes, señaló el canciller.
La delegación norteña obliga a la Asamblea General de la ONU a pronunciarse sobre ocho documentos de enmiendas, todos agresivos contra Cuba, todos manipuladores de la causa de los derechos humanos y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, denunció.
Asimismo, recordó que hay otros órganos y otras instancias de la ONU en que sería apropiado tener una conversación en materia de derechos humanos.
Tenemos la seguridad de que las emiendas propuestas por Estados Unidos serán rechazadas y que la resolución de Cuba recibirá un apoyo abrumadoramente mayoritaro, como en el pasado, aseguró.
Wahington en sus intentos de incrementar la hostilidad contra Cuba no ha tenido límites en crear dificultades a la Asamblea General, que es un órgano internacional, universal y democrático de Naciones Unidas, indicó el canciler.
La delegación norteamericana sabe que no puede impedir que se adopte una resolución contundente, con una mayoría practicamente unánime de la Asamblea General contra una política que es obsoleta, anclada en la Guerra Fría y genocida según la convención de Ginebra, dijo.
Pero en su impotencia, agregó, el Gobierno de Estados Unidos no encontró otro camino este año que tratar de dificultar la adopción de la resolución e intentar modificar de una manera oportunista y disimulada el contenido del proyecto de resolución que pide el fin del bloqueo contra Cuba.
Hace unos días, el Departamento de Estado norteamericano presentó un texto de ocho párrafos de enmiendas. Pero luego dividió ese documento en ocho enmiendas separadas que someterán a análisis en la Asamblea General.
De acuerdo con el canciller cubano, estas acciones persiguen un propósito evidente: crear un pretexto para endurecer el bloqueo y tratar de presentar la ilusión de que hay apoyo internacional a esa política.
Tan solo el año pasado, 191 de los 193 Estados miembros de la ONU votaron a favor de ponerle fin al bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Washington a la isla caribeña. Solo Estados Unidos e Israel estuvieron en contra y no hubo ninguna abstención.
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