Según un aviso de la embajada, la sede diplomática retomó su oferta de renovación de pasaportes, tramitación de la primera solicitud de pasaporte, servicios notariales y de autenticación, informes de nacimiento en el extranjero y asistencia de emergencia para los ciudadanos estadounidenses en Cuba.
En septiembre de 2017, Estados Unidos retiró a la mayor parte de su personal de la sede diplomática en la mayor de las Antillas y posteriormente expulsó a funcionarios de la embajada cubana en Washington D.C., esgrimiendo como pretexto alegados ataques sónicos contra integrantes de su misión en La Habana.
Cuba insiste en calificar de manipulación política las decisiones de la Casa Blanca, ante la falta de pruebas científicas que justifiquen la tesis de los ataques a diplomáticos estadounidenses en la isla, quienes, según Washington, habrían presentado problemas de salud, incluso a nivel de daños cerebrales.
Autoridades de la nación caribeña han denunciado el impacto de la consiguiente paralización de los servicios consulares para los cubanos en la embajada de Estados Unidos, una medida que perjudica a cientos de miles de personas a ambos lados del Estrecho de la Florida.
La retirada del personal norteamericano de la sede diplomática en esta capital genera por tanto gastos adicionales a quienes se ven obligados a buscar la visa en terceros países, afectando los vínculos familiares.
De igual manera, golpea las relaciones migratorias entre las dos naciones, y en particular el compromiso sobre entrega de visas asumido por Estados Unidos en acuerdos bilaterales.
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