En la primera jornada del encuentro de tres días, la luchadora política denunció que en Brasil la derecha y los medios dieron un golpe de Estado de varias etapas para revertir los logros sociales alcanzados durante las gestiones presidenciales de Lula (2003-2011) y la suya (2011-2016).
Nosotros nunca aceptamos los atropellos contra los humildes ni la entrega a las transnacionales del petróleo y los recursos del país, por eso nos persiguieron y vino el golpe, señaló en el Palacio de Convenciones, donde unos 430 delegados de cuatro continentes debaten sobre la unidad de la izquierda, informó Prensa Latina.
De acuerdo con Rousseff, fue acusada injustamente de irregularidades con el presupuesto, porque no podían encontrar otro argumento para derrocarla.
Desde el golpe, han acabado con programas sociales en sectores como la vivienda y la medicina, y no hicieron lo mismo con la iniciativa que llevó a Brasil a médicos cubanos por la popularidad de la misma, advirtió.
Según la exmandataria, la fase final de la cruzada contra el Partido de los Trabajadores (PT) fue el encierro de Lula, del cual se cumplen 100 días.
Lula no tiene nada que ver con las acusaciones alegadas, en las que la prensa jugó un papel activo, y su encarcelamiento sobrepasó todos los límites imaginables, insistió.
Rousseff atribuyó la cruzada contra el líder del PT y promotor -junto a Fidel Castro- del Foro de Sao Paulo al temor de la derecha interna y externa a un triunfo electoral en los comicios de octubre de este año.
En todas las encuestas de opinión, incluyendo las realizadas por los medios y los adversarios, Lula tiene una amplia ventaja, que se traduciría en una victoria categórica en las urnas, subrayó.
Rousseff intervino en un panel dedicado a discutir en torno a la lucha contra el colonialismo y a favor de la solidaridad antiimperialista y la paz.
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