Si en las elecciones regionales de octubre pasado el chavismo arrasó, obteniendo 18 de las 23 gobernaciones (2), en esta ocasión la ventaja sobre la oposición ha sido mucho mayor: ha vencido en un 92 % de los municipios del país (3) y en 22 de las 24 capitales de estado (4), con el 71 % de voto popular.
Pocos noticieros de televisión han recogido la noticia (5). Y la prensa escrita ha tratado de deslegitimar el triunfo chavista, con dos mensajes: uno, que la oposición no se ha presentado (6); y dos, que la abstención ha sido excepcional: “elecciones desiertas” (7), “colegios semivacíos” (8) o “desolados centros de votación” (9) son expresiones que repetían los grandes diarios de referencia.
Pero ambos mensajes son tan falsos como contradictorios.
Primero, no es cierto que “la oposición” no haya participado. Se presentaron cerca de 5 mil candidaturas de 72 formaciones políticas (10). La mayoría, de oposición (11). En muchos municipios, además, hubo coaliciones antichavistas unitarias (12). Quienes trataron de boicotear el proceso fueron los tres principales partidos de la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) (13). Pero –incluso- miembros disidentes de estas formaciones se presentaron bajo otras siglas (14).
Segundo, dada la innegable importancia de estos tres partidos dentro de la MUD, una participación del 47,32 % no puede ser considerada como baja (15). Es un 11,6 % menor a la de las elecciones municipales de 2013 (16), en las que la MUD participó en un solo bloque, agrupando todo el voto antichavista (17). Siguiendo esta lógica: ¿estarían atribuyendo los medios solo un 11,6 % a la oposición que –aseguran- no se ha presentado a estas elecciones (18)?
En cualquier caso, incluso en estas circunstancias, la participación fue superior a otras en el continente: la de las recientes elecciones presidenciales de Chile no pasó del 46,5 % (19); y en las elecciones locales de EEUU apenas participa el 15% del censo (20).
Conclusiones. Una: es evidente que, a pesar de la grave situación económica del país, el chavismo ha recuperado la hegemonía electoral (21); y que la oposición, dividida en mil pedazos, ha perdido el capital político ganado en las elecciones parlamentarias de 2015, debido a su apuesta por la violencia, la guerra económica y las sanciones internacionales contra su propio país (22).
Dos: también parece claro que, de haber concurrido toda la oposición, el margen de ventaja del chavismo habría sido menor, y la derecha habría conservado algunas alcaldías ahora ya perdidas.
Pero los medios se siguen mintiendo a sí mismos. Dicen a sus audiencias que el chavismo tiene el rechazo del 80% de la población… que luego les vota de manera mayoritaria (23).
Un reciente editorial del diario español “El Mundo” calificaba las elecciones como una “mascarada del régimen chavista”, que “debiera aprovechar la mano tendida de la oposición” liberando a “los presos políticos” (24). Curioso, porque una noticia del mismo diario aseguraba que dos de estos supuestos “presos políticos” –Manuel Rosales y Yon Goicoechea- obtuvieron su libertad a cambio de “concurrir en estas elecciones” (25). Es decir, un “régimen autoritario”, una “dictadura” habría perdonado sus graves imputaciones –corrupción en un caso (26), traslado de explosivos en otro (27)- a cambio de su participación en la democracia (28).
Pero quien nos explica esto mucho mejor es el diario “El País”: “el mandatario venezolano –leemos- se refugia en el diálogo con la oposición y en sus victorias en las (tres últimas) elecciones” para “argumentar que existe democracia” (29). Ya queda claro: dialogar con oponentes políticos y ganar elecciones son los dos rasgos esenciales de las dictaduras modernas.
Notas
(2)
https://www.telesurtv.net/ news/Resultados-elecciones- regionales-Venezuela-2017- 20171015-0065.html
(19)
http://www.la-razon.com/ opinion/columnistas/ Elecciones-Chile-ganadores- perdedores_0_2834116611.html
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