Norelys Morales Aguilera.─ Cualquiera podría desentenderse de la verborrea reaccionaria e incontinente de Donald Trump, si no fuera un serio aspirante a la presidencia de Estados Unidos, la potencia mundial más agresiva y militarmente más poderosa.
Sus declaraciones de este viernes 14 de octubre sobre la política de Barack Obama respecto a Cuba, en la meca de la contrarrevolución cubana y su mafia política, Miami, fueron reveladoras de ese escenario, puesto que sus afirmaciones anteriores, durante la campaña, nunca habían llegado a un punto tan belicoso para la Isla.
Trump, en su mitin floridano, dijo que revocará la reapertura de las relaciones EE.UU-Cuba, si gana las elecciones presidenciales de noviembre. Con ello, el multimillonario, atacó la directiva de Barack Obama para “hacer irreversibles” los cambios en la política hacia Cuba, dadas a conocer el mismo viernes.
“El próximo presidente puede cambiar esa política y eso es lo que voy a hacer salvo que (Raúl) Castro (presidente cubano) esté a la altura de nuestras demandas”, aseguró.
Añadió que sólo mantendría la política exterior del presidente Barack Obama, si La Habana “cumple con nuestras demandas de libertad religiosa y política para todos los cubanos”.
Asimismo, hizo hincapié en su apoyo a los disidentes cubanos en su lucha contra el Gobierno cubano, ya que, insistió, el pacto de Obama "solo beneficia" al Gobierno de La Habana. Estas declaraciones las recogen medios estadounidenses y agencias internacionales.
Se ve que son los tips de los congresistas mafiosos de la ultraderecha miamense, en contraste con sus propias aseveraciones previas. En marzo de este año, en entrevista con la CNN, adelantó que respaldaría la idea de normalizar las relaciones con Cuba y hasta estaría dispuesto a abrir uno de sus hoteles en la isla, pero matizó diciendo que deseaba que Estados Unidos hubiera negociado un mejor acuerdo, según agencias internacionales.
Pero, para hacer un dudoso honor a sus disparates políticos y desconocimiento apabullante, hizo una afirmación de la que daba cuenta el The Washington Post. Parecería broma, si no fuera tan serio.
"¡Mantendremos abierto Guantánamo y lo llenamos de tipos malos!", prometió el magnate durante un mitin en el estado norteamericano de Nevada, para agregar que no ha entendido que su país se gaste 40 millones de dólares al mes para mantener esas instalaciones" asegurando, además, que podría reducir ese gasto a cinco, tres millones o una cantidad inferior.
"Tal vez lleguemos a un acuerdo con Cuba para que se haga cargo y nos reembolse los gastos, ya que probablemente estemos pagándole un alquiler", señaló. El candidato evidenció una vez más su ignorancia, al respecto de un arriendo espurio en ese territorio cubano.
Hace un año, antes de que comenzaran las primarias, el candidato presidencial republicano se distanciaba de sus rivales, que rechazaban la normalización de relaciones con Cuba y la reapertura de la embajada de EE.UU. en La Habana. En esa oportunidad afirmó que “50 años es suficiente” y apoyó la política exterior de Obama, respecto a Cuba.
“Creo que está bien, está bien, pero deberíamos haber logrado algo mejor”, aseguró el 8 de septiembre de 2015.
En fin, si el imperio estadounidense no fuera capaz de desatar las “siete plagas de Egipto”(o las enésimas), bien pudiésemos olvidarnos de lo que sucede en el “Norte revuelto y brutal que nos desprecia”, incluido, desde luego, el circo de sus elecciones presidenciales. (Sic)
Gane Donald Trump o Hillary Clinton, lo más grave que supone la actual contienda electoral de los Estados Unidos, es que cuando sea elegido el próximo presidente el 8 de noviembre de 2016, será confirmada la derrota del pueblo estadounidense, junto al resto de los pueblos del orbe sobre los que habrá muy serias consecuencias.
Lo que está aconteciendo en las presidenciales de Estados Unidos, bien pudiera ser la catástrofe del más grande imperio, que la humanidad ha padecido.
http://www.cubahora.cu/politica/donald-trump-revocaria-la-reapertura-con-cuba
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