Barbara Hendricks ha llegado a ofrecer su arte. |
La lista de los famosos que han llegado a La Habana en los últimos meses es tan larga que nos abstendremos de relacionarla. Estamos de moda, en la mira de todo el mundo. El anuncio del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos fue el banderín.
Ahora no pasa semana sin que se sepa que alguna estrella mundial del espectáculo, las artes o el deporte dio alguna vuelta por el Malecón en un descapotable, comió en un restaurante o, en el mejor de los casos, visitó una escuela de arte o ofreció un concierto.
Ganas de conocer un país singular —dicen unos. Estrategia de marketing —sospechan otros. Lo cierto es que resulta imposible meter a todo el mundo en el mismo saco. Y la verdad, tampoco hace falta establecer diferencias: están claras las razones de cada quién y cada quién tiene el derecho de venir por las razones que le plazca.
Pero, eso sí, hay algunos matices interesantes en esas razones. No pocos han dicho a la prensa que han venido gracias a que Cuba ha abierto sus puertas al mundo. Y dicho así, tal pareciera que esas puertas estaban cerradas antes del histórico 17 de diciembre de 2014.
La verdad es que están aquí, en buena medida, gracias a que el gobierno de los Estados Unidos decidió ahora abrir sus puertas hacia Cuba (o más bien: decidió entreabrir, se sabe que todavía los ciudadanos estadounidenses deben solicitar una licencia para visitar este país gracias al vigente bloqueo).
Nada en contra de la célebre frase de Juan Pablo II: “Que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo”; pero las estrellas del espectáculo, particularmente las estadounidenses no venían antes porque no lo tenían permitido, no se molestaron en conseguir sus licencias, o sencillamente porque no les interesaba o no les convenía… Aunque, hay que rectificar de nuevo: muchas celebridades sí vinieron antes, pero en plan privado, sin publicitar sus viajes y sin cobertura mediática.
Ahora buena parte de esa legión viene sencillamente para “figurar”, para sumarse al aluvión informativo, para descubrir la singularidad de un destino “prohibido” hace poco tiempo. Bienvenidos, no faltara más. Ojalá que sigan llegando.
Pero afortunadamente también los hay que vienen a ofrecerle cultura al público cubano, los que aportan concretamente a esa normalización complicada. Se sabe que la cultura y el deporte son ámbitos privilegiados en ese acercamiento.
Para unos y otros las puertas de este país están abiertas. Y también el cariño y el calor de la gente que los recibe.
CubaSí
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