Cuba y Estados Unidos dieron en las últimas semanas un mayor dinamismo al "deshielo", al tratar oficialmente asuntos como el tráfico de personas, el fraude migratorio y el narcotráfico y promover contactos sobre salud.
En un encuentro esta semana en Miami, Florida, se abordó el enfrentamiento al tráfico ilícito de personas y al fraude migratorio, "con el objetivo de intercambiar sobre las formas para incrementar la cooperación bilateral existente en esta área", divulgó este viernes la cancillería cubana.
Además de calificar el "clima" de esa negociación como "de respeto y profesionalidad", la cancillería informó que ambas partes "coincidieron en la necesidad" de "suscribir instrumentos bilaterales para formalizar los intercambios en esta área, con el objetivo de neutralizar con mayor efectividad a los traficantes de personas".
El tema es muy sensible y es un elemento pesado sobre el "deshielo" que ambos gobiernos desarrollan contra los vientos y mareas de problemas bilaterales, algunos aparentemente sin solución. Hace más de 50 años una ley estadounidense "de ajuste cubano" brinda refugio en el país vecino a las personas de esa nacionalidad que logran pisar tierra tras viajes legales o ilegales. Quienes son retenidos en el mar antes de llegar por los servicios de guardacostas de Estados Unidos, son devueltas a Cuba, por tratados conseguidos en 1994 y 1995.
Un incidente internacional causado por alrededor de 8.000 cubanos al quedar varados en Costa Rica desde fines del año pasado agravó el problema. Cuba acusó a la legislación mencionada y a traficantes de personas del éxodo, mientras que las autoridades de Estados Unidos señalaron que no tienen planes de cancelar esa ley, comentó Francisco Forteza, corresponsal de ANSA en La Habana.
Pero los dos gobiernos aparecen como presionados por el problema, uno por la connotación política que pueda tener el éxodo, netamente económico, y el otro por la llegada de una nueva ola migratoria, que ha levantado propuestas políticas en Estados Unidos de al menos modificar la ley de ajuste cubano. En el campo del combate al narcotráfico, un ángulo en el cual ambas autoridades parece "cercanas", Washington y La Habana analizan un acuerdo de cooperación. En un encuentro reciente, las dos naciones declararon su decisión bilateral de "avanzar en la cooperación del flagelo" para "neutralizar" a los traficantes. Los mares que rodean Cuba son utilizados con frecuencia por embarcaciones que tratan de introducir drogas en Estados Unidos.
Otro sector "preferido" por el deshielo es el de Salud Pública. Hoy se anunció que una delegación de pediatras estadounidenses "intercambiarán experiencias" en La Habana con colegas cubanos en temas de pediatría, especialmente sobre recién nacidos. En la delegación norteamericana están los doctores Stephen Berman, de la Universidad de Colorado, y James Perrin, del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Harvard, ambos expresidentes de la Academia Norteamericana de Pediatría.
Un propósito de una agenda común de los dos países que traza la ruta de la "normalización" de relaciones es abordar, y conseguir acuerdos, en temas en los que existen menos diferencias entre sí, sin excluir discusiones sobre problemas más complejos.
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