En una declaración conjunta, el mandatario y los rebeldes, encabezados por su máximo líder, Timoleón Jiménez, o Timochenko, dijeron superar un obstáculo significativo para lograr un acuerdo de paz, al decidirse por una fórmula para reparar a las víctimas, y castigar a los rebeldes y militares por abusos en contra de los derechos humanos.
“Vamos a lograr el máximo de justicia para las víctimas y no habrá impunidad”, dijo Santos. “Con Timochenko, hemos acordado que a más tardar en seis meses (el 23 de marzo del próximo año) debe concluir esta negociación”.
Para algunos entendidos en el tema, este compromiso público de las partes ante la comunidad internacional le pone un carácter de irreversibilidad al proceso.
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