La Ley de Ajuste Cubano podría ser modificada por el Congreso como resultado directo de las negociaciones emprendidas por el presidente Barack Obama con el gobierno cubano, según declaró en entrevista con el Nuevo Herald la representante Ileana Ros-Lehtinen(R).
Desesperada con los cambios que podrían intervenir en relación con Cuba, la representante por la Florida que tantas veces reclamó “cambios” en Cuba no soporta el diálogo abierto por Obamay sus consecuencias en materia de inmigración.
“Si la Ley de Ajuste Cubano sobrevive esta sesión (del Congreso) sería milagroso porque no es posible tener relaciones con un gobierno y tener este privilegio que no existe para ningún otro grupo”, destacó reconociendo que la ley otorgo a los cubanos privilegios escandalosos, reseñó CONTRAINJERENCIA.
Ros-Lehtinen dijo que las posibles modificaciones estarían todavía “bajo estudio” y que aunque el cambio podría incluirse dentro de una reforma migratoria general, “cada día se ve menos apoyo para pasar un proyecto masivo, grande, inclusivo como ese”.
La administración de Obama ha repetido que no tiene entre planes de cambiar la política migratoria actual pero la Ley de Ajuste -creada para desestabilisar el gobierno socialista de la Isla - está siendo cuestionada por distintos actores políticos, incluso aquellos que han estado enfrentados por más de 50 años.
El gobierno cubano dejó claro en las conversaciones migratorias celebradas en La Habana el 21 de enero, que la eliminación de la ley es una de sus prioridades en la negociación con EEUU. Por su parte, muchos exiliados que huyeron de Cuba en las décadas del 60 y 70 del siglo pasado tienen dificultades para entender cómo los cubanos que llegaron recientemente viajan de regreso a la isla, sin problema ninguno.
Los beneficios inmediatos que obtienen los cubanos al pisar suelo estadounidense —gracias a esta ley de 1966 que le permite “ajustar” su estatus migratorio al cabo del año y un día, y solicitar una residencia permanente— son deseados por otros grupos de migrantes hispanos, que miran con recelo el tratamiento privilegiado que reciben los cubanos.
Y para los legisladores cubanoamericanos, todos asociados a la extrema derecha maifiosa de Miami, parece cada vez más “difícil” justificar la ley.
“Puede ser que el gobierno cubano lo pida también pero es que el presidente (de los Estados Unidos) tiene que darse cuenta que cuando hace este tipo de cambios, va a tener consecuencias”, opinó Ros-Lehtinen, quien también aludió a “personas que han abusado de la ley” y cubanos “que regresan 10 veces al año” a su país.
Un grupo de congresistas introdujeron la semana pasada varios anteproyectos de ley sobre temas relacionados con Cuba, y que proponen desde eliminar todas las restricciones de viajes a la isla hasta cortar los fondos a Radio y TV Martí, organos de propaganda del Departamento de Estado contra Cuba, pero ninguno de ellos tiene posibilidades de ser aprobado, según afirmó Ros-Lehtinen.
El representante por Nueva York, Charles Rangel (D), propuso tres proyectos de ley que, de aprobarse, eliminarían el embargo y todas las restricciones de viajes y comercio con la isla. Otra iniciativa similar ya fue presentada por el representante por Illinois, Bobby L. Rush (D) y un grupo bipartidista de senadores, entre los que se encuentran Jeff Flake y Patrick Leahy, también llevaron ante el Senado un anteproyecto para eliminar todas las restricciones de viaje a Cuba.
Por su parte, la congresista por Minnesota Betty McCollum (D) propuso la ley “Stop Wasting Taxpayer Money on Cuba Broadcasting Act” (Pare de malgastar el dinero de los contribuyentes en transmisiones a Cuba), en la que califica a Radio y TV Martí, de “artefactos anticuados de la Guerra Fría” y “radiodifusión propagandística”.
En una declaración en su página oficial, el congresista Rangel defendió sus propuestas explicando que “he visitado Cuba y me he reunido con Fidel Castro muchas veces a lo largo de mi carrera. Creo firmemente que con el diálogo continuo y abierto, nuestros dos países pueden construir una relación mutuamente beneficiosa”.
En su discurso ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Costa Rica la semana pasada, el presidente cubano Raúl Castro se refirió a una lista de asuntos sin los cuales “no sería posible” alcanzar la normalización de relaciones con EEUU, entre los que mencionó el fin del embargo, la devolución de la base naval de Guantánamo y una compensación por “daños humanos y económicos”.
La congresista no escondió su desacuerdo con el modo en que la administración del presidente Barack Obama llevó en secreto las negociaciones con el gobierno cubano. “El gobierno de Obama no tiene ni la menor intención o deseo de incluir a la comunidad exiliada, ni incluir a quienes estamos debatiendo estos temas en el Congreso. No sabemos ningún detalle de las conversaciones con el régimen de Cuba”, dijo la congresista que dedica la mitad de su tiempo a defender los intereses del gobierno de Israel.
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