La Declaración de la KAS y ODCA con circo de la gusanera cubana

Luego de peripecias secretas para garantizar la presencia en México de un numeroso grupo de miembros de la gusanera cubana, bajo el auspicio de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) y la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA), fue emitida la declaración final de los participantes en el encuentro “Caminos para una Cuba democrática”, en la que se trata de “vender” una visión de consenso insostenible para ser garantizada dentro de una contrarrevolución desunida, permeada por ambiciones y afán de lucro. 

En esencia, las “coincidencias” logradas y plasmadas en la declaración final son:

1. La imperiosa necesidad de que Cuba transite a la democracia
2. La compartida vocación de que este tránsito ocurra de forma pacífica
3. El respeto a la diversidad de métodos de lucha no violentos

El primer error de apreciación y de esencia consiste en concebir a estos grupúsculos de poco impacto y reconocimiento en la sociedad cubana actual como sujetos del cambio hacia una pretendida democracia de corte capitalista, anti socialista y diferente a la que apoya la mayoría del pueblo. En este aspecto ni los rezos, ni las invocaciones y las absurdas quimeras de ellos mismos y sus patrocinadores podrán lograr este primer objetivo.
Tampoco han servido durante décadas, además de un malogrado protagonismo por parte de mercenarios ambiciosos, las supuestas ayudas de la llamada diáspora, reducida a organizaciones de corte mafioso e involucradas en corruptelas, escándalos, divisiones y búsqueda de lucro en el detestable negocio de la guerra ideológica anticubana, quienes se roban la mayor parte del financiamiento de la USAID y de otras partidas secretas de agencias federales norteamericanas y europeas.

El dudoso punto 2 referido a lograr un tránsito pacífico hacia “la democracia” en Cuba es de por sí contradictorio. No todas las organizaciones radicadas en Miami apuestan realmente por un tránsito pacífico y aún planifican actividades de corte terrorista contra nuestra patria, a la par que promueven la tonta idea de sostener a las fuerzas armadas – tipo primavera egipcia-, como sujeto de cambio en Cuba, estimulando el sonsacamiento de oficiales activos y jubilados dentro de las FAR y el MININT. La tradición extremista y solapada de la FNCA y el CLC, así como el CID, Alpha 66, la Brigada 2506, el Ex Club, el hipócrita y provocador Movimiento Democracia, Vigilia Mambisa, La Nueva Rosa Blanca, entre otros, así como figuras de la talla execrable de Luis Posada Carriles, Santiago Álvarez Fernández-Magriñá, Saúl Ramón Sánchez Rizo, Francisco José Hernández Calvo, Lincoln Díaz-Balart, Félix Rodríguez Mendigutía, Ileana Ros-Lehtinen, Ángel Desfana, etc., etc., involucrados en planes terroristas que Cuba ha desarticulado y otros de los cuales tiene pleno conocimiento, no evidencian un real consenso sobre este punto.

La percepción de “lucha pacífica” como arma subversiva para la promoción de la desobediencia social, la negación del orden institucional, la difusión de falsedades y la burda victimización de oportunistas y manipuladores, hacen de este concepto una anómala versión de la misma. No hay similitud entre los promotores de la lucha pacífica en el mundo como Martin Luther King y Mahatma Gandhi, quienes actuaron por plena convicción y devoción, con respecto a los mercenarios internos en Cuba que actúan con el apoyo de una potencia extranjera, se involucran en conspiraciones y reciben una abultada paga y privilegios por sus acciones.

La declaración dice en una de sus partes a modo de convocatoria: “Lo beneficioso que sería que las entidades de la sociedad civil, actores políticos, gobiernos y organizaciones internacionales de todo el mundo brinden una mayor solidaridad en defensa de los derechos humanos en Cuba.” Por supuesto, la solidaridad se distorsiona en su propia dimensión cuando es usada para financiar a oportunistas, falsarios y viles provocadores. También cuando se emplea para desmontar un orden institucional legítimo con incitaciones, ilegales propuestas y conspiraciones dudosas.

La misma declaración destaca: “Se identificó como uno de los principales desafíos trabajar en la búsqueda de proyectos hacia una unidad de acción y estrategias para el cambio. De igual manera, se acordó saludar la existencia de diferentes proyectos con estas características encaminados a lograr una Cuba democrática.” Obvian, por supuesto el principal desafío: convencer a un pueblo que ama a su Revolución a que la abandone, lo que resulta un proyecto imposible.

La lista de los firmantes de la declaración dice por sí misma la inconsistencia y real validez política de la misma. Fue simplemente un remedo de documento que carece de legítima representatividad para los cubanos. Valdría la pena decir: “Mira a ver quién firma y sabrás si realmente la misma.

• Eliécer Ávila: Somos Más
• Yaxys Cires Dib: Partido Demócrata Cristiano de Cuba
• Manuel Cuesta Morúa: Arco Progresista
• Reinaldo Escobar: Periodista
• Guillermo Fariñas Hernández: Unión Patriótica de Cuba y Frente Antitotalitario Unido
• Jorge Luís García Pérez Antúnez: Frente Resistencia Nacional Orlando Zapata Tamayo
• René Gómez Manzano: Corriente Agramontista, UNPACU
• Eroises González Suárez: Partido Solidaridad Liberal Cubano
• Andrés Hernández Amor: Partido Demócrata Cristiano de Cuba
• René Hernández Bequet: Partido Demócrata Cristiano de Cuba
• Rafael León Rodríguez: Proyecto Demócrata Cubano
• Omar López Montenegro: Centro Latinoamericano para la No Violencia(miembro de Radio Martí y representante de la FNCA)
• Germán Miret: Activista de derechos humanos
• Armando Peña Guzmán: Movimiento Cristiano Liberación
• Marfeli Pérez-Estable: Académica
• Julio Pichs: Fundación Nacional Cubano Americana, Consenso Cubano
• Vladimiro Roca Antúnez: Partido Socialdemócrata de Cuba
• Rolando Rodríguez Lobaina: Alianza Democrática Oriental
• Rosa María Rodríguez Torrado: Proyecto Demócrata Cubano
• John Suárez: Directorio Democrático Cubano

Versión resumida del artículo "Diseccionando un discurso hipócrita anticubano"

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