La organización de países bolivarianos surgió el 14 de diciembre de 2004 por un acuerdo suscripto en La Habana entre los entonces presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Fidel Castro, pero fue propuesta por primera vez en ese mismo mes de 2001 por el mandatario venezolano.
La propuesta inicial de Chávez surgió como respuesta al Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA) que impulsaba Estados Unidos y que finalmente fue rechazada por América latina en la cumbre de Mar del Plata en 2005. Al año siguiente se sumó a la iniciativa Bolivia; en 2007, Nicaragua; y en 2008 lo hicieron la isla caribeña de Dominica y Honduras.
Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda formalizaron su adhesión en 2009, y en enero de 2010 Honduras abandonó el bloque tras el golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya.
La escasa diversificación de la oferta regional existente ponía en evidencia que el ALCA no podría ser la oportunidad para alcanzar un tipo de desarrollo en que se armonizara el crecimiento económico con una buena calidad de vida y grado de bienestar para los países latinoamericanos, de acuerdo con Chávez y los demás líderes regionales que dieron vida al bloque bolivariano.
El embajador venezolano en Argentina, Carlos Martínez, señaló que el ALBA nació sobre la base de una integración que va más allá de los esquemas “puramente comerciales y mercantilistas”, a una alianza entre pueblos. “No representa una competencia para los otros mecanismos de integración en la región, sino que brinda la posibilidad de complementarlos”, dijo. “No es un instrumento regional economicista, sino más bien político y social”, añadió Martínez.
Los países del ALBA cuentan en su conjunto con un Producto Interno Bruto de 600.000 millones de dólares y más de 80 millones de habitantes, según datos del VII Consejo Económico de la Alianza, que se celebró en abril de 2012 en Quito. Entre los principales proyectos del ALBA figuran el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP); el Banco del ALBA y el Sistema Unico de Compensación Regional (Sucre), para sustituir el dólar en los intercambios comerciales del bloque.
La propuesta de crear el sucre como mecanismo financiero de integración regional para reducir la dependencia del dólar había sido considerada durante una cumbre extraordinaria del ALBA, en noviembre de 2008 en Caracas. “Estamos dando un paso de grandes proporciones tomando en cuenta la crisis mundial y la vinculación de ésta con el debilitamiento del dólar como símbolo de valor; avanzamos hacia la nueva reorganización de la arquitectura financiera mundial”, explicó el entonces ministro de Economía Alí Rodríguez.
En tanto, el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) reivindica un comercio “justo”, “complementario” y “solidario”. Fue propuesto por el gobierno boliviano y firmado el 29 de abril de 2006 por Bolivia, Venezuela y Cuba. El bloque también creó empresas “grannacionales” como ALBA-Alimentos, para la producción y distribución de alimentos en la región y, en 2005, por iniciativa de Venezuela –quinto exportador mundial de petróleo–, Petrocaribe, que provee crudo y derivados a cambio de bie-nes y servicios y en condiciones financieras ventajosas.
Gloria Vidal, la embajadora de Ecuador en Argentina, resaltó que el ALBA fomenta el desarrollo y el crecimiento con inclusión, no sólo entre los países que lo componen, sino que abre sus puertas al resto de la región.
Sobre los retos que afronta en la actualidad el bloque, el embajador de Bolivia, Liborio Flores, expresó que radican en la lucha para erradicar la pobreza y avanzar en el desarrollo humano y social armónico. “El ALBA tiene que replantearse los objetivos y los planes de acción de forma más eficiente y responsable para dar respuesta a las necesidades históricas de los pueblos”, señaló.
Según los objetivos manifiestos del ALBA, su finalidad es ofrecer mecanismos que produzcan ventajas cooperativas entre las naciones y que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio. “Se basa en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países débiles frente a las primeras potencias”, definió el bloque entre sus principios el día de su fundación.
De hecho, la organización centra su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Uno de sus programas más exitosos es el de formación de médicos, que surgió en el año 2005 –en el marco del ALBA–, a partir de una idea de Fidel Castro y Chávez, y desde entonces se graduaron unos 18 mil jóvenes. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, resaltó recientemente la “tradición solidaria” del pueblo cubano, ya que sólo en Venezuela unos 30 mil médicos cubanos forman parte de la Misión Médica Cubana, prestando servicios en Venezuela, además de asumir tareas docentes y de asesoramiento técnico y profesional.
El ALBA también trabaja por el pluralismo y la diversidad, apuntando contra la concentración de los medios de comunicación y los procesos de desregulación, privatización y disminución de las capacidades del Estado.
Informe: Patricio Porta/Tomado de Página12
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