http://oig.state.gov/documents/organization/228991.pdf |
Pero, ha resultado que el informe oficial de una auditoría ha revelado que la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB), está plagada de baja moral, falta de transparencia y ausencia de comunicación efectiva con sus empleados, de lo cual se concluye que dichos medios no satisfacen los estándares mínimos de ética y profesionalidad de los medios estadounidenses. Las agresiones y mentiras que allí se producen no son denuncias cubanas, sino hechos palpables.
El objetivo de este informe fue ofrecer al Departamento de Estado y al Congreso norteamericano una "evaluación independiente" de las operaciones de la OCB, encargada de las transmisiones internacionales de Estados Unidos, que incluye Radio y TV Martí.
El documento señala que la OCB "mantiene buenas relaciones con varios organismos federales como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y el Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, encargado de la política del Pentágono hacia el Hemisferio Occidental, reseñó PL.
Estas agencias, en particular la Usaid, constituyen elementos clave en la política contra la Isla, en la implementación de los conceptos de la guerra no convencional, incluyendo el llamado ZunZuneo o Twitter cubano, proyecto ilegal para subvertir el orden en el país
A pesar de la hojita de parra de esta auditoría, que no es la primera que reconoce corrupción e ilegalidades, el gobierno norteamericano y su congreso mantienen las transmisiones de estos medios provocadores y propagandísticos asignando fondos millonarios al Programa Cuba de la Usaid, destinados para iniciativas similares como Conmotion, originalmente para uso militar, consistente en la creación de redes inalámbricas para enlazarse con el exterior.
Estas emisoras norteamericanas ligadas a los ultraconservadores y terroristas de Miami, que operan desde territorio norteamericano, han sido denunciadas en organismos internacionales por el Gobierno cubano por su carácter ilegal y subversivo. Sólo en 2014 fueron aprobados 28 millones 266 mil dólares; 4 millones más de lo solicitado inicialmente.
Estas auditorías revelan la verdad de los propósitos y manejos de Washington, pero no acabarán con ellos. Forman parte del entramado de la política y politiquería Made in USA.
El informe de la da para más análisis como los "humildes salarios" que paga el gobierno de EE.UU. a sus propagandistas, pero por el momento basta con la constatación de que: “La OCB presenta varias debilidades administrativas en cuanto a la contratación, los recursos humanos, el chequeo financiero de las obligaciones tributarias, la gestión de propiedad y los viajes”. En una palabra: corrupción, píntenla como la pinten.
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